Correo
Educación cívica
Hasta el año 1997, se impartió en los diferentes establecimientos educacionales del país el ramo "Educación Cívica", una de las observaciones es que se incluirían estos conceptos como objetivos de otros ramos. Ante esta lamentable situación creo que la maratónica jornada de elecciones que deberá enfrentar la ciudadanía en los próximos meses, resulta preocupante la poca formación en conceptos tan relevantes para nuestros país. Si bien la democracia y participación popular es relevante al momento de tomar decisiones y elección de sus representantes, la participación política no es solamente ser militante de una organización política, es también participar en las organizaciones sociales y en las juntas de vecinos.
La Ley 20.911, busca revivir la conciencia cívica, con un ramo denominado "Formación Ciudadana", ramo que debía estar implementado el año 2019 y en estos días no hemos podido ver en qué esta, pero insisto que tan importante como lo es la educación financiera, la alfabetización tecnológica y la educación física, es urgente poner preocupación en una alfabetización en temas políticos, como ser ciudadano, conocer los derechos y deberes de ser gobernado y la relación con el Estado.
Espero que este proceso constituyente que se inicia pueda instalar esta preocupación y modere las expectativas generadas por la Constitución, y quede claro que la redacción de una nueva Constitución de la República, no es el lugar para escribir políticas públicas.
Gonzalo Valdés Lufi
Maldita mascarilla
A propósito de la pandemia pregunto lo siguiente: ¿Por cuántas olas tendrá que transitar el hombre para comprender que la basura es al basurero?
La coronta de la manzana puede ir a la tierra, porque de la tierra proviene. En cambio, la mascarilla -sí, la maldita mascarilla- no debe descuidarse donde circulan las personas, ni mucho menos, donde juegan los pájaros.
Llino González Quezada
La nueva pandemia
Se acerca una fecha tan importante para el mundo cristiano como lo es la natividad de nuestro Señor y durante estos días además vivimos un mes completo dedicado a nuestra Madre María, madre de nuestro Señor. Estas festividad son y serán por siempre unas de las acciones pastorales laicales más grandes respecto de una celebración misionera. Y me refiero al 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción.
Esta pandemia no nos ha cortado las manos. Nos ha marcado, nos ha echo actuar de otra manera y nos ha cambiado nuestra manera de vivir y de cuidarnos para sobrevivir y nos debe, por cierto, dejar grandes lecciones, la más importante: no perder nuestra fe por lo que creemos, por lo que hemos aún de vivir, pues como todos sabemos esto no ha terminado y no tiene fecha de caducidad.
Grandes esfuerzos han realizado muchos consejos parroquiales de nuestra diócesis, a fin de llevar la tarea de evangelizar por los distintos medios que hoy circulan por la intranet. Así como las empresas se han enfocado en vender por otros medios sin asistencia presencial, así también la Iglesia se ha reactivado y reinventado.
Es importante evangelizar y como cristianos comprometidos tenemos la obligación de hacerlo, sin perder a ninguna de las ovejas, por tanto, un esfuerzo por llevar este mes de María a través de internet es una de las tareas mas innovadoras.
Es un granito de arena para permanecer juntos como Iglesia.
Tal vez muchos nos indicarán diciendo: ¿dónde están? Bueno, es válido que pregunten y les respondemos: aquí estamos, en los comedores abiertos entregando ayuda al más necesitado, al sin trabajo, al que no tiene que comer, etc.
Entregamos alimentos y abrigo al hermano que vive en la calle, un café caliente etc., ayudamos a los migrantes sin trabajo buscándoles un lugar donde dormir o donde se puedan desempeñar. Ahí estamos y seguiremos ahí, esperando que esta pandemia siga abriendo los corazones de los que aún siguen duros y que los que siempre tienden la mano anónimamente puedan seguir haciéndolo. Con la gratitud de siempre les decimos gracias y los tendremos en nuestras oraciones.
Gerónimo Bravo A.
¿Bajas pensiones?
Habitual es escuchar en el debate previsional que las pensiones son bajas, malas, miserables, etc., pero la realidad muestra algo totalmente distinto.
Si nos vamos a los pensionados del último mes informados por la Superintendencia de Pensiones, vemos que para quienes cotizaron sobre 35 años -que es un periodo prudente para hablar de pensiones completas-, el promedio de pensión es de 30,27 UF o $875.000, con una mediana de 23,05 UF o $665.000.
Claramente el éxito de las buenas pensiones anteriores radica en lograr al menos 35 años de cotización, pero lo importante es que nuestro sistema previsional cumple con entregar una buena pensión para quienes cotizan, y ahí está el real desafío, el de mejorar los años cotizados.
Obviamente que nuestro sistema previsional necesita actualizar parámetros fijados en 1980, y por lo mismo el 6% de cotización adicional debe ir directamente a la cuenta del trabajador, sobre todo considerando los retiros del 10% del presente año.
Eduardo Jerez Sanhueza