Green Cross se destapó en el segundo tiempo para golear a Lota Schwager
RECUERDOS EN ALBIVERDE. El elenco de Gastón Guevara se inspiró en el complemento y se impuso por 6-2.
De inspiración fue el segundo lapso que tuvo Green Cross en su partido ante Lota Schwager. Todo lo bueno que hizo en el complemento del duelo le permitió celebrar e imponerse en casa por un cómodo y amplio 6-2.
El compromiso se vivió la fría tarde del 8 de agosto de 1976 y fue válido por el Campeonato de Primera División de esa temporada. El cotejo se vivió en los pastos del Estadio Municipal de Temuco y lo presenciaron 3.800 entusiastas espectadores.
Frente a su parcialidad, el dueño de casa salió a proponer y a buscar de inmediato el arco rival. En esa batalla, se encontró con un adversario que no ocultó su conformidad con el empate y que apostó por un esquema defensivo.
Ese esquema timorato que imprimió la visita lo rompió Carlos Linaris, quien abrió la cuenta con un potente disparo. Su remate batió la resistencia del arquero Guillermo Flores y quebró la monotonía del partido a los 32 minutos.
El tanto de Linaris fue el único de la primera etapa y se convirtió en la base que llevó al elenco de Gastón Guevara a encarar con más ímpetu el segundo lapso del encuentro.
A fondo
En el arranque del complemento, el local aceleró a fondo, atacó con todo y sus esfuerzos entregaron dividendos rápidamente. Los frutos se hicieron visibles con los goles que anotaron Juan Domingo Loyola a los 48' y Patricio Romero a los 50' y que le llevaron a ponerse arriba en la cuenta por un cómodo 3-0. El panorama se volcó más a su favor con la expulsión de Eduardo Campos, que dejó a la visita con 10 jugadores.
En medio de ese escenario ideal, el equipo temuquense tuvo momentos de relajo y los pagó. Esos instantes en que se sintió seguro de la victoria, Lota Schwager aprovechó para hacer daño y meterse nuevamente en el partido. El elenco del carbón levantó su rendimiento pese a su inferioridad numérica, se atrevió a atacar y descontó en dos oportunidades por intermedio de Eduardo Jiménez (54') y Luis Ahumada (58').
Ambos goles generaron una dosis de preocupación en la hinchada local, que veía en serio peligro el resultado del encuentro. En medio de esos instantes de inquietud, Patricio Romero anotó de lanzamiento penal a los 65 minutos y su gol se convirtió en el punto de inflexión del partido. Luego de su tanto, el Pije retomó la confianza y la visita se vino abajo en lo anímico y en lo futbolístico.
Con esa mezcla, el dueño de casa no tuvo inconvenientes para tomar el control total del juego y para generarse innumerables oportunidades de marcar.
Ese dominio que estableció, le llevó a ampliar las diferencias con dos tantos de Juan Domingo Loyola, le permitió imponerse en casa con claridad y regalarle una nueva alegría a sus incondicionales seguidores.