Cuidar la institucionalidad
No importa la época que sea, la violencia no pasa de moda, solo varían las formas de actuar frente a sus embates, que siempre son usados como un instrumento para marcar la agenda mediático-pública. La experiencia aconseja no reaccionar por reaccionar ni menos siendo útiles a quienes buscan precisamente, cual caja de resonancia, que existan reacciones de la comunidad y sus actores. Y así, hacerse notar más, aumentando el protagonismo de los hechos violentos y sus argumentos, de modo que puedan adquirir la máxima notoriedad pública. En esto siempre es recomendable no accionar a tontas y a locas.
Una sociedad o institucionalidad que privilegia conductas como el reaccionar rápida y automáticamente frente a la violencia, hace que todos aquellos que así lo hacen tengan que entrar necesariamente en un juego tipo blanco y negro o de suma cero. En cambio una sociedad u organización colectiva, que de por sí son transversales y diversas, requieren actuar reflexivamente. El que solo tiene un solo martillo piensa que todos sus problemas son clavos.
La base de las sociedades la constituyen sus organizaciones e institucionalidad, que por conformación generalmente son diversas, multiculturales y variopintas, por lo tanto al interior de ellas es clave cuidar los equilibrios y consensos, sobre todo en sus reacciones públicas de modo de buscar interpretar y cuidar el sentido colectivo, evitando caer en aprovechamientos circunstanciales o urgencias externas, que muchas veces comprometen o hipotecan el accionar y trayectoria que han desarrollado institucionalmente.
Siempre será difícil dar en el gusto a todas las posiciones presentes en una entidad, por lo tanto es necesario siempre buscar mecanismos que permitan aproximarse de la mejor forma a consensos que trasunten y cautelen los principios y valores permanentes que se ha dado la institución. La inmediatez que muchas veces pareciera obligar a tomar acciones intempestivas en determinados temas, no debe pasar por encima de la cordura, la reflexión y la mirada larga de la organización, así como tampoco pasar a llevar a alguno de sus integrantes.
Las redes sociales son útiles para reaccionar rápida y masivamente en determinadas circunstancias, sin embargo conspiran para el actuar reflexivo en el corto plazo, dadas sus limitaciones en espacio e inmediatez. Así como tampoco en el poder asegurar la participación equitativa de todos los integrantes de una comunidad organizada o institución diversa, generalmente impera el discurso de los más vociferantes y de pensamiento hablado.
Siempre es útil utilizar las instancias o institucionalidad que se ha dado la sociedad y sus organizaciones para resolver las situaciones complejas, más aún cuando estas requieren o ameritan una mirada conjunta y transversal en relación a temas que sin duda se enriquecen en su análisis, con la participación reflexiva de los distintos actores involucrados.
Como lo expresa Lorenzo Gazmuri, el presidente de Icare, "el camino al desarrollo y un mayor bienestar para todos los chilenos, tiene más que ver con la solidez de las instituciones que con la crisis específica que nos toque vivir".
Asimismo, enfrentados a esta profunda crisis, piensa que solo saldremos "si somos capaces de respetar y fortalecer nuestra institucionalidad; de lograr que todos asumamos el sentido de urgencia que el momento demanda y que nos hagamos cargo todos, y en particular las elites".
Entre todos y cuidando nuestra institucionalidad, sin dejar de perfeccionarla cuando lo amerite, se puede lograr lo que como sociedad u organización nos propongamos.
"Siempre es útil aprovechar las instancias o institucionalidad que se ha dado la sociedad y sus organizaciones para resolver las situaciones complejas, más aún cuando estas requieren o ameritan una mirada conjunta".