El "Marriet" en crisis: "Da pena ver que el esfuerzo de años está cerca de perderse"
CIRO FIGUEROA. Habla gerente de emblemático café y restaurante de Temuco.
En el año 1998, el matrimonio de temuquenses compuesto por Ciro Figueroa y María Cristina Ocares decidió emprender. Tomaron sus ahorros y se arriesgaron, arrendando un pequeño local dentro de la Galería Massmann, a la que se accede por calles Bulnes y Prat. Al café lo nombraron "Marriet".
Ese mismo "Marriet", el café que los temuquenses vieron nacer y crecer como un negocio familiar, ahora está en riesgo de desaparecer, debido a la profunda crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus.
"Da mucha pena e impotencia no poder hacer nada y ver que todo el trabajo de mis papás, de ellos, que ahora están con edad más avanzada, podrían ver cómo se esfuma su legado y sin poder hacer nada", lamenta Ciro Figueroa, hijo de los fundadores y actual gerente general de Marriet.
Negocio familiar
El Marriet partió como una pequeña cafetería dentro de la Galería Massmann, en un local pequeño. Pasaron tres años y el negocio tuvo cifras tan positivas que al matrimonio fundador se le presentó la oportunidad de trasladarse a un local más grande, que es el actual "Marriet" del centro, con dos pisos, dentro de la misma Galería Massmann.
La clientela que se hizo fiel y la buena ubicación, en pleno centro de la ciudad, les permitieron ampliarse y abrir su propia fábrica de pastelería, en el Barrio Inglés. Ahora, son una pequeña cadena: tienen tres locales en Temuco y uno en Concepción, dentro del Mall Plaza. En total, antes de la pandemia, el negocio daba empleo a más de 100 personas, en distintas labores.
"Es muy bonito que un negocio local, surgido a punta de trabajo, haya permitido dar trabajo a muchas familias. Nuestros trabajadores, por lo general, se quedan muchos años con nosotros y por lo mismo nos dio mucha pena tener que cerrar en marzo. Nunca imaginamos que esto iba a durar tanto", cuenta Figueroa.
Dificultades
El gerente de Marriet pide a las autoridades regionales y nacionales que reconsideren la obligación de cerrar, ya que según él, el rubro gastronómico "en ningún caso es culpable del aumento de casos".
"Que llevemos un mes de cuarentena y no bajen los casos significa y evidencia que los restaurantes no son una fuente de contagio. Espero que las autoridades se den cuenta de eso, que el confinamiento ya no sirve y que lo único que está haciendo es hacer más profundas las consecuencias económicas y laborales que ya habían quedado cuando el comercio tuvo que cerrarse a mitad de marzo", insiste.
"Si llegamos a pasar todo el mes de diciembre sin poder abrir, Marriet tendrá muy pocas posibilidades de seguir el próximo año", finalizó.
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"Que llevemos un mes de cuarentena y los casos no bajen, estando los restaurantes cerrados, significa que nosotros no somos el lugar donde la gente se contagia. Por eso nos sentimos castigados como rubro". Ciro Figueroa, gerente de Marriet