"Este es un reconocimiento a la diversidad cultural que hay en este país"
Originaria de la comunidad de Divulco, comuna de Lumaco, esta cantautora, educadora tradicional, dirigenta, referente femenina mapuche y precandidata a constituyente, recibe la distinción nacional recién otorgada a nombre de la "gente de la tierra", un pueblo, una identidad y una historia - dice - que lleva consigo y comparte a quien desee conocerla.
A los 3 años de edad, Sofía Painiqueo Tragnolao descubre con los ojos bien abiertos las primeras rogativas mapuche dentro su comunidad, las que se impregnan en su memoria. A los 12, de pie en el escenario del Festival de Villarrica, canta con emoción para a Margot Loyola. Y a los 14 sabe muy bien quién es y a qué vino a este mundo: a vivir su identidad y a compartirla sin distinción alguna.
Así son los primeros años de la recién galardonada con el Premio Margot Loyola 2020, distinción que destaca la trayectoria cultural y popular en Chile, y que en este caso valora el aporte que ha hecho esta mujer del Wallmapu con el canto, la danza y la historia de uno de los pueblos originarios vivos más australes del planeta.
Fundadora de la Asociación Gremial Mapuche Folilche Aflaiai en Santiago, maestra de mapudungún de Fotm Mapu (Santiago), ganadora del Festival Brotes de Chile en 1991, participante del Congreso Mundial de Pueblos Indígenas 1895 de Panamá y excandidata a diputada 2005, entre otros hitos que conforman su trayectoria, Sofía Painiqueo, madre de dos hijas y hermana del exalcalde de Lumaco, comparte hoy su opinión sobre el premio recibido, la cultura de la que proviene, el valor de la tierra y sus deseo de ser constituyente.
- ¿Qué significado tiene para usted haber sido reconocida con el Premio Margot Loyola 2020?
- Para mí tiene un amplio significado. Más que a la trayectoria, yo siento que este es un reconocimiento a la cultura, a la diversidad cultural que hay en este país, que también es la lucha por el derecho a nuestra expresión como mapuche, desde nuestra lengua vernácula. Es un reconocimiento a lo que existe como raíz, a la gente de la tierra, porque todo mi conocimiento yace allí. En la tierra está el saber, está la historia, el respeto a la diversidad, el conocimiento de mis antepasados, de cómo nacen las machis. Todo eso uno lo aprende en la tierra, lo aprende in situ. Uno lo vive. Y este premio a la vida para mí es importante, porque no ocurre habitualmente, solo algunas personas destacadas lo reciben como la maestra Margot Loyola, que conoció, recorrió el país, investigó mucho y compartió con diversas culturas para entender.
- A lo largo de 51 años de actividad, usted figura como cantautora, educadora tradicional, dirigenta y líder femenina en materias de reivindicación cultural, artística y política. ¿Cómo ha sido hacer este camino que implica tantos ámbitos?
- Ha sido difícil. Pareciera fácil a estas alturas. A mis hijas a veces les digo: ustedes creen que estuve sentada, barriendo o haciendo las camas solamente. Muchas veces las tuve que llevar a todos lados a ellas, casi desde que nacieron y alguna vez canté muy cerca de parir, tanto en Chile como en el extranjero. Lo digo porque la disposición para mí ha sido algo esencial. Yo lo comparo como si usted va a mirar un pedazo de tierra y esta se deja mirar y escuchar. A mí me dicen: va un alumno de básica o de la universidad que necesita saber algo ¿lo podría ayudar? Y siempre digo: claro que sí. Y es que hay muy poca gente que se interesa por la cultura, por sus raíces y es importante tomar consciencia de ello. Es importante que conozcan la tierra donde viven o donde nacieron. Así siempre fui transmitiendo a quien quisiera (…). Hacer lo que hago fue difícil porque en la escuela fui discriminada. Aquí se cumplía lo de 'pueblo chico, infierno grande' y todavía hay mucho racismo. A lo mejor, yo hubiese huido de mi identidad si no hubiera tenido una formación firme.
- ¿Quién le dio esa fortaleza?
- Mi madre me habló con mucha firmeza sobre el valor de la tierra. Me decía que quien olvida eso olvida a sus padres, a sus abuelos. Y bueno, mi identidad la reforzó mi mamá, mi papá, las machis. Siempre me gustó porque las cosas entran por la vista, por las acciones. Desde los 3 años siempre estuve en 'nguillatún' y a esa edad si a un niño le enseña algo lo aprende. Eso no lo olvido. Es más, el mapudungún fue mi primera lengua porque venía desde la guatita materna. Eso le da firmeza a uno, el entender a través de la lengua. Uno entiende porqué hay un canelo allí, porqué hay que buscar leña en la tarde o porqué hay que sacar agua en la madrugada.
- Considerando que comenzó a subirse a los escenarios desde muy niña, ¿cuándo - diría usted - toma consciencia que estaba haciendo un trabajo de difusión y promoción de la cultura mapuche?
- Yo creo que cuando estaba estudiando la enseñanza media, a los 14 años, ahí lo entendí perfectamente. Pero yo lo entendí con mayor razón cuando sentí la discriminación. Ahí tomé consciencia y dije: esto no puede ser, yo soy mapuche. Mi madre me decía: usted no tiene que tener vergüenza ante nadie, vergüenza tienen los que roban, los que matan, los que quitan lo ajeno y eso no es usted. Usted tiene dónde pararse (…). Ahí me di cuenta que difundir la cultura era importante, que tenía que hacerlo.
- Ha recorrido Chile y ha llegado con su trabajo a México, Francia, Panamá, Estados Unidos, Canadá e Inglaterra. ¿Qué ha aprendido en este acto de compartir con otras culturas?
- Yo creo que he aprendido el respeto a la diversidad, a no imponer nada a nadie y viceversa. Eso es muy bello, ver la diferencia, compartirla (…).
- El pueblo nación mapuche y el Estado de Chile viven una relación fracturada. ¿Qué dice la sabiduría originaria respecto de la solución de conflictos de esta naturaleza?
- Creo que la espiritualidad juega un rol muy importante en el reconocimiento, en la valoración y respeto al otro. Lamentablemente no se practica hoy. La espiritualidad está desvinculada de sus propios espacios, eso le pasa al mapuche porque fue invadido por colonias, y los mismos descendientes de colonos que tampoco tienen muy clara su espiritualidad y no la expresan con respeto. No hay compromiso con la espiritualidad. Si recuperáramos esto y lo pusiéramos en práctica sería distinta la vida, reconociendo la diversidad y a los demás seres vivos. No está esa educación.
- ¿Qué proyectos la motivan en 2021?
- Tengo un proyecto político y tiene que ver con querer participar en el sistema. Me gustaría tener la oportunidad de decir algo por nuestro pueblo y por la sociedad en su conjunto en la nueva Constitución, porque aquí la necesidad no es solo de los pueblos originarios. Chile está mal. Así que estoy postulándome como constituyente a través de un partido político. Aún no puedo decir nada, hasta después del 11 de enero.
"Hacer lo que hago fue difícil porque en la escuela fui discriminada. Aquí se cumplía lo de 'pueblo chico, infierno grande' y todavía hay mucho racismo. A lo mejor, yo hubiese huido de mi identidad si no hubiera tenido una formación firme".
"Creo que la espiritualidad juega un rol muy importante en el reconocimiento, en la valoración y respeto al otro. Lamentablemente no se practica hoy. La espiritualidad está desvinculada de sus propios espacios".