La errante vida de los arrieros en bosques y campos de la provincia
Fotografías: Archivo Guillermo Sáez Eickhoff
Las costumbres van cambiando y cada día nueva tecnología inunda nuestro día a día, relegando al olvido profesiones y oficios que antaño fueron esenciales. Una de ellas es de los arrieros, encargados de llevar piños o arreos de animales de un fundo a otro, de una comuna a otra o incluso de un país a otro.
En las regiones del norte y centro, enfrentan la mole andina con sus mulas y piños de chivos o vacunos, aprovechando los valles de veranada. En la Patagonia, los arrieros son gauchos que se especializan en arrear enormes piños de ovejas o vacunos enfrentando las caprichosas condiciones del clima patagón.
Con la masificación de la ganadería en los llanos de Osorno en la segunda mitad del siglo XIX, surge también la necesidad de contar con arrieros, aquellos trabajadores especializados y con gran experiencia en el manejo del rebaño, además de expertos conocedores del paisaje de la provincia y región.
En efecto, su vida errante transcurría por bosques y campos cordilleranos guiando grandes rebaños de bovinos, primero de la raza ibérica o "indianos"; y luego de la mezcla que surgió con las razas europeas que trajeron los colonos alemanes. Montados en su cabalgadura, debían sortear obstáculos naturales como los ríos y trabajar bajo el rigor de los elementos.
Esta semana mostramos una selección de fotos de aquellos aguerridos hombres, cuyo campo de acción fue el hermoso, pero a veces inclemente paisaje de la provincia de Osorno.
1 y 2. Arrieros sureños en paisajes montañosos de la zona.
3. La principal labor de estos trabajadores de campo era trasladar rebaños de bovinos hacia distintas zonas.
4. Los arrieros debían sortear diversos obstáculos naturales, tales como cruzar ríos en medio de los bosques.
5. Dos arrieros descansan un momento y disfrutan de las bondades del bosque nativo: comen un trozo de nalca.