Incendios forestales
Como se sabe, cada temporada estas emergencias afectan con especial intensidad las regiones del sur del país. Todo ciudadano debe mantener una conducta responsable en torno al uso del fuego.
Los diversos incendios forestales que se registran en el país son un llamado de atención acerca del creciente riesgo que implicarán durante la presente temporada los siniestros de este tipo.
Como se sabe, cada temporada estas emergencias afectan con especial intensidad las regiones del sur del país, aunque hay periodos estivales en que las condiciones de riesgo se hacen mucho mayores. En efecto, los especialistas hablan del 30-30-30. Se trata de tres condiciones climáticas que juntas ayudan a una propagación rápida del fuego: 30 o más grados de temperatura, menos de un 30% de humedad del ambiente y más de 30 nudos de velocidad del viento.
Algunas de estas condiciones se han agravado, con la salvedad de que hay señales que indican que tanto el sector público como el privado han sacado profundas lecciones de lo ocurrido en los periodos previos y, por consiguiente, cada año el país se encuentra mejor preparado para enfrentar el periodo de riesgo. Por consiguiente, aumentaron de forma muy significativa las inversiones tanto desde el punto de vista preventivo, como del material disponible para hacer frente a este tipo de emergencias.
Así, por ejemplo, se intensificó la labor de la Red de Prevención Comunitaria, que es un trabajo en la zona de interfaz urbano- rural, donde los propios vecinos en conjunto con sus municipios, bomberos y empresas, definen las zonas de riesgo y las medidas preventivas necesarias a implementar.
Adicionalmente, las empresas forestales han hecho millonarias inversiones para aumentar la cantidad y preparación de sus brigadistas y adquirir elementos para el combate de los incendios.
Ahora bien, más allá de esa acción de mitigación de las emergencias cuando ya están desatadas, es importante enfatizar que para este tipo de sucesos lo primero que se tiene que buscar es que los incendios no se inicien, ya que su proliferación es rápida y potencialmente letal. Por ello es tan importante insistir en aquello que sí es posible de controlar: lo que se vincula al nivel de intencionalidad que se evidencia en el inicio del fuego. A ello debe sumarse la preocupación que todo ciudadano debe tener para mantener una conducta responsable.