"Empecé jugando a hacer clases y terminé siendo profesor"
Hijo de padres docentes, muy joven, a los 20 años, se convierte también en profesor al alero del antiguo Colegio Santa Cruz. Allí ejerce como maestro de matemáticas y durante ese proceso conoce a quien se convertiría en su esposa, Ximena Lacrampe. Es en ese establecimiento donde inicia formalmente una carrera vocacional que solo abandonará 48 años después, cuando comienza a programar su retiro del mundo laboral.
A lo largo de esas casi cinco décadas, López Morales ayuda a formar a cerca de dos mil estudiantes, mientras que como constructor, ingeniero en construcción y prevencionista de riesgos participa en numerosas obras públicas que, por ejemplo, dan solución habitacional a los primeros residentes de la población Sarita Gajardo de Temuco, provee el primer sistema de agua potable a la caleta de Queule y oficia como uno de los pioneros en la instalación de fibra óptica en la Región.
A febrero de 2021, de camino a la celebración de los 140 años de Temuco, este profesor e ingeniero comparte su historia luego de batallar durante dos años con un cáncer, una vida en la que no solo se queda en la comodidad de su trabajo, sino que se compromete con los gremios profesionales y con la institución de Bomberos, donde realiza una delicada labor, de la cual saben muy bien sus tres hijos y cinco nietos.
VOCACIÓN
- En lo formal usted figura como profesional de la construcción, ingeniero, prevencionista de riesgo, pero sobre todo un hombre dedicado a la educación. ¿Cuál fue su primer trabajo en realidad? ¿Fue en alguna de estas áreas?
- Mi primer trabajo fue como profesor de matemática del segundo ciclo de humanidades en el Colegio Santa Cruz de Temuco (1959). En ese entonces era un liceo de niñas. Esto sucedió mientras yo todavía estaba estudiando. Recién había hecho el servicio militar, tenía 20 años. Hacer clases era muy tranquilo, tenía puras alumnas, así que no había problemas. La verdad es que fue una excelente experiencia, las estudiantes me respetaban muy a pesar de mi corta edad. La verdad es que nunca tuve problemas haciendo clases. Sabe, yo entré muy joven a esto porque comencé a reunir experiencia haciendo clases particulares.
- Usted ha sido profesor en establecimientos de enseñanza media (Santa Cruz, Liceo Gabriela Mistral, Instituto Claret, Instituto Comercial y Liceo Industrial B-22) y también en casas de educación superior (Ufro, UA, Diego Portales, UACH y Santo Tomás). ¿Tiene alguna idea de a cuántos alumnos ayudó a formar?
- Yo creo que ayudé en su formación, por lo menos, a unas dos mil personas. Y es que mi carrera docente fue larga. Solo en la universidad, en promedio, había 30 alumnos por curso cada año y no solo en Temuco, también ejercí en la Universidad Austral de Chile. En Valdivia, mientras cursaba el diplomado en prevención de riesgos daba clases (de construcción).
- Desde 1959 hasta 2007 trabajó en educación, ¿qué lo llevó a involucrarse con esta tarea humana? ¿Por qué dedicó gran parte de su vida a la docencia?
- En mí vocación influyó el hecho que mis padres eran profesores, ambos hacían clases en educación media. Estando aún en enseñanza básica, con hermanos y algunas amigas nos entreteníamos en el barrio haciéndole clases a nuestros propios vecinos. Así que yo creo que se me fue pegando el espíritu docente. Empecé jugando a hacer clases y terminé siendo profesor.
"Otro proyecto importante fue la instalación del sistema de agua potable en Caleta Queule (Toltén). Ese primer servicio de la localidad me tocó proyectarlo a mí (…). También me tocó ayudar a construir un internado indígena en el sector Campos Deportivos de Temuco (…). Ese edificio lo inauguró Hillary Clinton en una visita a la ciudad".
"Siempre he tenido un sueño y ojalá pueda verlo algún día. Si Temuco es la puerta a La Araucanía, de principio a fin, Avenida Caupolicán debería tener araucarias por todo el bandejón central. Así cualquiera que llegue a esta ciudad vería el árbol característico de la zona".
"Yo no le puedo pedir más de lo que tengo, creo que lo tengo todo (…). A estas alturas estoy bastante mejor, me siento mejor después de batallar con un cáncer, porque me fue diagnosticado a un linfoma que afectó mi garganta y que ya fue tratado. Fueron dos años de tratamiento. Y aquí estoy".
Nacido y criado en Temuco, Luis Agustín López Morales (1935) ha trabajado toda una vida para aportar al desarrollo de la Región y, especialmente, de la capital de La Araucanía.