Correo
Estado subsidiario
En carta a ese medio, Carlos Reyes difiere de la opinión del obispo de Temuco al decir que el Estado no puede ser subsidiario porque le resta responsabilidad, según él, y lo pone por debajo de la iniciativa privada a la que está llamado a regular y controlar.
Al respecto, en ningún caso un Estado subsidiario está por debajo de la iniciativa privada ni le quita responsabilidad de controlarla. Más bien, tiene el mandato legal de fiscalizar a las empresas que proveen servicios públicos como las eléctricas, la banca, las sanitarias, las concesionarias, la salud, educación y muchas otras áreas donde hay inversión y trabajo de privados. Para eso dispone de Superintendencias estatales en cada una de estas áreas para evitar abusos y monopolios, haciendo que el interés privado coincida con el interés público.
El punto es que lo haga y lo haga bien. Dejar todo en manos de un Estado todopoderoso, es decir, un gran monopolio estatal, sin libertad de elegir y transformado en juez y parte de todo, cuando ni siquiera es capaz de bajar la delincuencia, sería un grave retroceso. Así lo han entendido naciones como Dinamarca, Suecia y Noruega que dejaron atrás el publicitado Estado de Bienestar y hoy recuperan su lugar destacado en el mundo, producto de una estrecha colaboración público-privada, con libertad y empresas bien controladas que aportan inversión y eficiencia.
René Araneda A.
Ciencia política
Sobre la etimología (origen del término), en el griego clásico encontramos "politiká "equivalente a "asuntos públicos". ¿Por qué, como vocablo, ha perdido su esencia semántica? El estudio académico de la política, entonces, es la "ciencia política" que como carrera y también como asignatura se puede estudiar en alguna carrera relacionada con o el "arte de vivir en sociedad".
Una editorial de los EE.UU. en el 2018 publicó "Politics at Work: How Companies Turn their Workers into Lobbists, Oxford University Press, NY, cuyo autor es el Dr. Alexander Hertel-Fernández (hijo de madre chilena) . En "State Capture" de la misma editorial, o "La Captura del Estado", resulta relevante o extrapolable, por qué no, a lo local de nuestro país y el mundo.
Ambos textos son complementarios en cuanto a cómo funciona la "política" en el país del norte, importantes también para entender la realidad de Latinoamérica. Las compañías o grandes empresas constantemente usan la contratación de trabajadores con el fin de "movilizarlos" hacia el ámbito político, muchas veces de un modo coercitivo. El Dr. Hertel-Fernández da cuenta mediante análisis crítico sobre la naturaleza de esta realidad mediante entrevistas a trabajadores, e importantes y destacados representantes del empresariado de los EE.UU. Se entiende así el rol del "lobbismo" como un componente de la realidad política del mundo postmoderno, y, que en nuestro país no es menor. Todo ello, sin duda, ejerce una fuerte influencia en las luchas electorales, debates sobre políticas de un Estado y sus efectos en el bienestar o malestar de la ciudadanía, por ende en la "representación política" para la toma de decisiones. El autor plantea que todo repercute, de alguna manera, en la estabilidad de un sistema democrático.
Examinando estas prácticas empresariales revela los "métodos" que las "corporaciones" emplean para incrementar su "poder" sobre los procesos políticos. Es lectura esencial para cualquier persona interesada en entender las conexiones entre "desigualdad", "políticas públicas", etc. Los temas tratados en esta importante obra nos hacen reflexionar sobre lo que verdaderamente es el "ámbito político" y, también lo que no es, o no debería ser. Para el lector chileno surge una "duda republicana", si ¿Chile es aún una república? o ¿está convertido en "corporación" gobernado por intereses particulares?
Omer Silva Villena
Dos categorías
¿Qué más pruebas se necesitan para mostrar que en Chile existen ciudadanos de primera y segunda categoría? Lo que ocurrió en Panguipulli es inaceptable. Este es un claro ejemplo que la situación socioeconómica de la persona a la cual se le aplica la justicia o, en este caso, un procedimiento policial afecta directamente en la forma en la cual se lleva a cabo. Por tanto, no podemos obviar la dañina, odiosa y evidente diferencia de trato. Esta diferencia de trato hace que un grupo privilegiado de ciudadanos les sea muy dificil empatizar con realidades como estas, de las cuales desconocen completamente ya que en su mundo, es inpensable que ocurran situaciones así, y la única forma que tienen de comprenderlas es culpando a la víctima, en este caso, al malabarista.
Con argumentos que van desde el "porque simplemente no entregó el carné", hasta el, "cómo se le ocurre amenazar a alguien que te está apuntando" cargando toda la responsabilidad en el ciudadano y obviando la del carabinero y su actuar, y lo que representa como agente del Estado.
Benjamín Maximiliano Villa Curihual, estudiante Ufro