"En la Región se desarrolla ciencia y tecnología de impacto"
Diez años de trabajo en La Araucanía cumple este centro científico regional financiado por el Gobierno Regional y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Su director comparte hoy lo logrado en ese tiempo, una década de proyectos y convenios que han impulsado a cooperativas mapuche y a emprendedores locales a entrar al mercado alimenticio escalando desde el agro a la fase industrial con innovadores, proteicos y sustentables productos.
- Doctor, ¿qué significa contar con un centro de esta naturaleza en la Región?
- Significa que La Araucanía posee una institución de ciencia y tecnología para generar conocimiento, desarrollo e innovación pertinente a La Araucanía, comprometida en este sentido para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Significa recursos humanos especializados, infraestructura y equipamiento muy focalizados en la Región, sus necesidades, su gente y su cultura. En esencia, son las ventajas de descentralizar la ejecución de la ciencia y tecnología, para hacer ciencia de impacto en y con los actores locales, pero muy conectada al resto del país y el exterior.
- ¿Cómo ha evolucionado el trabajo de encomendado en estos 10 años?
- Es una evolución continua en lo institucional, pero fuertemente en lo que hacemos. Es una búsqueda constante de cómo responder mejor a los desafíos regionales de una región con grandes oportunidades, que requiere poner en valor su riqueza, no solo material, sino en todos los aspectos. Iniciamos nuestro trabajo como un proyecto de investigación, hoy somos una Institución fundada por la Universidad de La Frontera e INIA, con un importante financiamiento del Gobierno Regional de La Araucanía y del Ministerio de Ciencia y Tecnología, a través de ANID (...). Respecto a lo que hacemos, nos regimos por una planeación estratégica continua, enmarcada en la estrategia de desarrollo regional, las tendencias globales y locales, además de las políticas nacionales sobre ciencia, tecnología e innovación.
- ¿Cómo se expresa en la práctica esa estrategia de desarrollo?
- Nuestra forma de trabajo, consolidada como modelo CGNA de hacer ciencia, tecnología e innovación, tiene mucho que ver con el sello de "hecho en La Araucanía". En la Región se desarrolla ciencia y tecnología de impacto, que permite el desarrollo de innovaciones y emprendimientos de base científica. Esto significa que, al ser creados con conocimiento científico en La Araucanía, está muy ligado al territorio, por tanto, pertinente para su gente y el desarrollo regional. El centro posee un laboratorio de genómica y alimentos, con unidades tecnológicas que configuran nuestra funcionalidad y versatilidad en lo que hacemos. Y está nuestra Planta Piloto de Alimentos, gluten free, que opera bajo norma HACCP, donde modelamos, prototipamos, escalamos y generamos conocimientos para la industria de alimentos, lo que es clave para una serie de desarrollos que se generan tanto internamente a partir de la ciencia, como de demandas del sector privado.
INNOVACIÓN
- Haroldo, ustedes tienen dos campos de acción: ciencia aplicada e innovación y tecnología en alimentos. ¿Quiénes y cuántos profesionales hacen posible el hallazgo de soluciones en ambas vertientes?
- El CGNA desarrolla ciencia y tecnología en plantas y alimentos, pero también desarrollo e innovación. Estas tres grandes áreas están muy interconectadas y ninguna de ellas puede faltar. En el fondo es el modelo CGNA, donde la mirada de la cadena completa es la que importa. El equipo CGNA está formado por científicos en genómica, transcriptómica, análisis genético, bioinformática, informática, electrónica, biotecnología y tecnología en alimentos, que desarrollan ciencia en emulsiones, encapsulaciones, extrusión, liofilización, etc. y cubren disciplinas de la biología molecular, bioquímica, química, biotecnología, agronomía, domótica, etc. También son parte del equipo, expertos en economía y gestión de la innovación, administración, seguimiento y control de proyectos, finanzas e ingeniería industrial. Es un equipo de entre 30 a 40 profesionales. Es más, este grupo crece en alianzas con universidades regionales, productores agrícolas, cooperativas, Mipymes e industriales de alimentos de la Región, del país y también del extranjero. De esta red externa, también nacen desafíos para la ciencia, desarrollo e innovación de CGNA.
- Por años CGNA ha sorprendido a la comunidad nacional y regional con proyectos como el súper lupino o proteína vegetal (AluProt-CGNA) que dio origen a productos como una bebida proteica o harina de arroz horneable; el primer sustituto lácteo para la crianza de terneros y alimentos para aves que permiten elevar el contenido de omega 3 de los huevos. ¿Qué otras iniciativas de esta naturaleza se pueden mencionar?
- El trabajo de CGNA es un continuo. Seguimos trabajando en nuevas iniciativas junto con los actores locales, destacando el escalamiento de la producción de fucoxantina a partir de algas de Carahue, la producción de quitosano obtenido de los camarones de vega de Nueva imperial, nuevos alimentos con frutilla blanca de Purén y piñones de Lonquimay. Son algunos ejemplos de la ciencia e innovación en el territorio. Es alentador que exista más conciencia que la ciencia de verdad cambia la vida. A veces no es bueno esperar una crisis para darnos cuenta lo que vale el desarrollo científico de un Estado. Solo si miramos la pandemia del covid-19 las capacidades existentes en Chile han sido cruciales. Pudiéramos hacer mucho más, pero se requiere más ciencia. Hay grandes expertos en Chile en esta área, pero se requiere articular otras acciones para que ocurra. Son definiciones de Estado.
- ¿Hay rezago?
- Si bien años antes de la pandemia no se entendería un desarrollo científico en esta área, quizás ahora, después del problema, sí entendemos de la importancia que Chile tenga más soberanía en desarrollo científico. Es importante que en los territorios tengamos una mirada a mediano y largo plazo, ya que cada territorio tiene condiciones únicas. Así se desarrolla ciencia de alto impacto. No se crean grandes ideas ejecutando un tema puntual, por un tiempo breve, definido, como si fuera fabricar ciertas unidades de algo. No es así, así no se crea valor. Es cosa de mirar las grandes naciones desarrolladas. En este sentido, el Gobierno Regional de La Araucanía como principal stakeholder del CGNA ha tenido sabiduría para instalar esta institución en la Región. No ha sido fácil, pero vamos caminando. Los resultados avalan la decisión. Creo que hay regiones que les falta este respaldo. Como institución nos sentimos muy comprometidos y nuestra meta es ser actor relevante en el desarrollo regional.
El Centro de Genómica Nutricional Agroacuícola, CGNA Araucanía, es uno de los nueve centros de investigación científica que el Gobierno de Chile ha desplegado en regiones como parte de un plan de descentralización en esta crucial área de desarrollo. Al cumplir 10 años de trayectoria en la Región, su director, Haroldo Salvo-Garrido, repasa la evolución que ha tenido este centro en sus tres áreas de impacto: ciencia y tecnología en plantas y alimentos; desarrollo e innovación, y comenta cómo ha colaborado en el emprendimiento de novedosos productos alimenticios que ya están en el mercado agroindustrial.