Vendedores callejeros
Cada cierto tiempo las autoridades realizan campañas para combatir la venta ilegal en las calles, sin lograr resolver este problema. Es cierto que la venta ambulante ilegal es un problema de larga data, que afecta a todas las ciudades.
Llama la atención el gran incremento de vendedores callejeros que ocupan las principales calles céntricas de Temuco. Se trata de ambulantes que en forma ilegal se instalan con carros, tarimas, canastos o en el suelo, ofreciendo una gran variedad de productos.
Cada cierto tiempo las autoridades realizan campañas para combatir la venta ilegal, sin lograr resolver este problema. Por el contrario, aparecen más vendedores que se instalan en el centro de la ciudad.
Por años se han planteado muchas soluciones, desde la ubicación de los ambulantes en lugares establecidos, hasta multas a los compradores, aunque es de difícil aplicación. Pero el problema persiste y con más fuerza. A juzgar por la cantidad de personas que ejercen esta actividad, la venta callejera es un buen negocio, considerando que no se pagan impuestos, patentes o arriendo. Basta con apropiarse de un lugar, que posteriormente es reclamado como si se tratara de un derecho adquirido.
Aparte de la ilegalidad que significa la venta ambulante no autorizada, es sabido que en torno a esta actividad prolifera la delincuencia, que aprovecha la congestión que se produce en las aceras. La acción de Carabineros responde a un clamor ciudadano con respecto a cómo los vendedores se han apoderado de las aceras, y también de parte de algunas calzadas, para realizar su actividad no autorizada.
Es cierto que la venta ambulante ilegal es un problema de larga data. Se han acentuado los reclamos de los comerciantes establecidos porque los ambulantes obstruyen las entradas a los negocios, a las galerías y la circulación de los transeúntes.
El comercio callejero ilegal ocupa en forma indiscriminada espacios, dificultando el libre tránsito de personas y generando aglomeraciones que se utilizan para actos delictuales. También se señala con frecuencia que más que ambulantes, son vendedores ilegales instalados por años en las calles. Por eso, es importante no relajar los controles y a la vez los consumidores deben asumir que esta actividad seguirá proliferando en la medida que haya compradores para esos productos vendidos informalmente y respecto de los cuales no hay ninguna garantía. Asimismo, representa un riesgo de transmisión de covid-19, desde el momento en que no se respetan las medidas preventivas que todos ya conocen.