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Los tiempos no están para dudas. Hay una guerra que se libra en los hospitales desde marzo de 2020 y que hoy recrudece con la llegada de la "segunda ola". El personal de salud no descansa. La lucha para rescatar "de las garras" del covid-19 la vida de cientos de personas que, semana tras semana, viven un calvario al interior de los centros asistenciales de todo el país continúa, y la situación de Temuco y Padre Las Casas no es la excepción.
El último informe de ICovid Chile describe que en las últimas cuatro semanas el número de nuevos infectados ha crecido en 51% y eso se percibe al interior de los centros asistenciales, al punto que la tensión producida por el aumento de las hospitalizaciones y la desbordante ocupación de camas críticas tiene a los equipos de trabajo en estado de alerta, desgastados física y emocionalmente, y, pese a ello, más convencidos que nunca de la diferencia que puede hacer el soporte vital que hoy ofrecen a los pacientes. Sin embargo, opinan médicos, enfermeros y técnicos, la batalla no se gana sin el apoyo de quienes aún viven sus vidas afuera de los centros hospitalarios.
El mejor ejemplo de cómo está la crisis sanitaria en la intercomuna y de lo que significa esta segunda ola, más intensa, más demandante y no menos cruel que la primera, es el hecho cierto que el Complejo Asistencial de Padre Las Casas, abierto anticipadamente el primer semestre de 2020 para respaldar el trabajo de la red sur del servicio de salud, prácticamente, se volcó a la atención de pacientes covid el 20 de enero pasado al reconvertir seis pabellones de cirugía electiva en lo que hoy es la Unidad de Cuidados Intensivos 2 (UCI 2), la cual en estos momentos está ocupada al 100% por pacientes graves con coronavirus.
Así lo explica el médico a cargo de la unidad, Rodrigo Muñoz Pablo. "El 20 de enero - relata - comenzamos a recibir pacientes tanto de nuestra red como de fuera, con una ocupación del 100 por ciento, esto porque en general no alcanzamos a trasladar un paciente a otra UCI o a otra región cuando ya tenemos nuevas solicitudes de camas. Desde entonces hasta ahora hemos estado con mucho trabajo, alta ocupación y pacientes bastante graves, todos de cuidados intensivos, pacientes covid que requieren ventilación mecánica y que desarrollan neumonía por coronavirus".
En el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco, el único centro asistencial de alta complejidad de la Región de La Araucanía, la situación no es muy distinta, lamentablemente. Así lo corrobora desde el área de Urgencias la enfermera supervisora, Ilsi Esparza.
"En marzo de 2020 - describe - tuvimos una explosión de casos, luego la curva descendió y previo al 18 de septiembre comenzó un alza de consultas que fue subiendo paulatinamente; el asunto es que ahora el número se multiplicó y lo peor es que cambió la complejidad de los pacientes. Hoy, la mayoría de las personas que llegan a Urgencias son pacientes críticos, pacientes covid derivados de otros centros asistenciales (Araucanía Sur esencialmente) y personas que llegan de manera particular en muy malas condiciones y quedan hospitalizadas".
Los últimos meses, relata Ilsi Esparza, ha habido una mayor carga de trabajo que ha significado adaptarse para responder a la contingencia. Muchas salas del área se han reconvertido a cuidados intensivo. Como la complejidad de los pacientes hoy es mayor y la ocupación de camas es mayor, y el equipo de Urgencias se ha visto en la obligación de intubar y conectar a pacientes a ventilador mecánico, los cuales deben esperar allí hasta que se abra una cama crítica en el hospital o puedan derivarlos a otro centro asistencial de la red. Pero esta reconversión tiene sus costos.
"Nosotros podemos tener pacientes ventilados acá, dándole el soporte que necesitan, pero sucede que afuera, en una ambulancia, aguarda otro paciente con los mismos requerimientos al cual no podemos atender tan oportunamente", acota la enfermera de Temuco.
CONSECUENCIAS
Como consecuencia de esta lucha sanitaria existe una sobrecarga laboral y un costo físico y emocional en los equipos que asumen la tarea de salvar vidas, algo que solo podría mejorar, dicen los propios trabajadores, si la comunidad hace su parte en la cadena de responsabilidades que hoy debe imponerse sobre la incredulidad, la relajación anticipada y el descuido.
"Una de las consecuencias de esta dura batalla es el ausentismo laboral. Esto nos ha obligado a reclutar una gran cantidad de personal para mantener el equipo trabajando a full. De todas maneras el personal de Urgencias tiene varias características que son rescatables, es un personal muy comprometido, es responsable y es ejemplar por su voluntad para sacar adelante la tarea (…). Yo encuentro que a pesar de todas las condiciones adversas acá se ha visto un gran trabajo de equipo, y en todos los estamentos. Tuvimos que adaptarnos a varios cambios. Lo bueno es que nunca se ha cerrado una sala de Urgencias por falta de personal", comenta la enfermera del HHHA.
En Padre Las Casas, comenta el doctor Rodrigo Muñoz Pablo, la principal consecuencia de esta segunda ola covid ha sido la sobrecarga, no tan solo por la cantidad de trabajo, sino en el aspecto emocional.
"Todo esto ha sido desgastante. Aquí, en un contexto de UCI, hay una carga emocional muy potente, porque un buen porcentaje de los resultados de UCI no son como uno espera, por lo tanto, esto no solo ha significado una recarga en la cantidad de trabajo, sino una gran carga emocional. Y por ello, yo me saco el sombrero frente a todo el equipo que ha logrado sobreponerse a todo eso y sacrificarse incluso no estando con sus propias familias, y al contrario, transformándose a de horarios diurnos a horarios de turno con tal de darle una atención adecuada a los pacientes", acota el médico de Padre Las Casas.
LO MÁS DIFÍCIL
A la hora de describir lo más duro o difícil de la actual tarea, comenta el doctor Muñoz, es ver que los pacientes críticos son cada vez más jóvenes. "Son pacientes bajo los 40 años de edad, con hijos pequeños, con familia y que todavía no han completado su ciclo de vida, y quienes llegan estar muy graves y a veces fallecen".
De acuerdo con el doctor Muñoz está el enfermero del Complejo Asistencial de PLC, Álex Beroíza Carrasco, quien confiesa que lo más complejo de sobrellevar en esta segunda ola ha sido observar el incremento de pacientes jóvenes hospitalizados en salas de cuidados intensivos. "Hoy, el equipo está desgastado por la exigencia del trabajo, por tantos meses de resistencia, eso ha sido difícil, pero ver a nuevas personas llegar luchando por sus vidas igual motiva e infunde fuerzas para seguir ayudando".
A juicio de este joven profesional, la llegada del covid cambió completamente lo que podían haber vivido como generación en salud y hoy la situación representa una batalla que se libra a diario, donde lo más triste es ver que los pacientes críticos, prácticamente, se quedan solos al ser ingresados a las unidades y el personal se convierte en el único nexo con sus respectivas familias y también en su principal apoyo dentro de los hospitales.
Así también lo cree la técnico en enfermería de nivel superior (TENS), Viviana Mariano Catril, también miembro del hospital de Padre Las Casas, quien opina que este "segundo round" contra el covid ha sido más agresivo y golpeador en cuanto a las emociones. "Es duro asistir a un paciente covid grave. Nosotros los TENS estamos muy cerca de ellos y nos convertimos muchas veces en sus brazos y piernas porque somos quienes los asistimos a diario. En ese escenario, verlos decaer nos sacude, más cuando requiere una cama crítica y el sistema está colapsado. Ellos siempre están observando al del al lado y sienten miedo cuando el otro se complica", relata.
En su experiencia, Viviana admite hoy que lo más emocionante "es ver fallecer a nuestros pacientes porque el protocolo a seguir es muy triste. Y, en el otro extremo, nos emociona - dice - ver que se recuperan después de estar muy mal y van de vuelta a casa".
¿CÓMO AYUDAR?
A la pregunta ¿cómo ayudar? El doctor Rodrigo Muñoz Pablo cree que lo más importante ahora es tomar consciencia y asumir que el coronavirus es una enfermedad real y que tiene una mortalidad no menor.
"Se trata de una enfermedad real y no algo panificado o inventado, ojalá fuera así. Los equipos de salud en todo Chile han estado esforzándose, dejando a sus familias de lado, abandonando muchos proyectos con tal de servir y colaborar con los pacientes; por lo tanto, la forma de ayudar es creando consciencia y que la gente se cuide, guarde el distanciamiento social, ocupe los elementos de protección personal y que no salga si no es necesario", recalca, no sin antes recordar además que el recurso humano ni es inagotable.
La enfermera supervisora de Urgencias del HHHA de Temuco, Ilsi Esparza, en tanto, expresa tajante: "tenemos que volver a tomar consciencia sobre la enfermedad por coronavirus, y que, a pesar que estamos vacunando, la vacuna no evita que uno se infecte y pueda transmitir la enfermedad a otras personas, entre ellos miles de niñas y niños".
Mantener las medidas preventivas, enfatiza, es fundamental para cortar la cadena de transmisión. Algo tan sencillo como ponerse la mascarilla, lavarse las manos y mantener el distanciamiento físico puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Desde esa fecha hasta ahora, el Complejo Asistencial de Padre Las Casas reconvirtió pabellones quirúrgicos electivos para convertirlo en lo que hoy es la Unidad de Cuidados Intensivos 2. Hoy, ocupada al 100% con pacientes covid.
51%
Aumentaron las nuevas infecciones por coronavirus en el transcurso de las últimas cuatro semanas, así lo estipula el reciente reporte de ICovid Chile, compendio estadístico sanitario preparado por la Universidad de Chile, PUC y U. de Concepción, para generar insumos para la toma de decisiones en pandemia.