Veinticinco años sin el poeta Jorge Teillier
"Nostalgia del futuro. Biografía de Jorge Teillier" es una de las más completas investigaciones sobre el autor que nació en Lautaro y murió en La Ligua. Su oficina era un bar y su desayuno, una cañita en la barra.
La historia de Jorge Teillier fue urdida por el documentalista e investigador Carlos Valverde junto a Luis Marín, co-autor que falleció el año pasado a los 47 años. "Nostalgia del futuro" es republicada ahora por Trihue Ediciones, justo cuando se cumplen 25 años de la muerte de uno de los poetas más celebrados en el último tiempo, autor de "Para ángeles y gorriones", "Poemas del país de nunca jamás", "Crónica del forastero", "Los trenes de la noche" y más.
La biografía del poeta de la generación del 50 cubre desde la infancia sureña de Teillier hasta la muerte de los bares que frecuentaba en Santiago. También describe la cantina de la Ligua, hacia donde se mudó, y la relación del vate con los poetas amigos mayores, contemporáneos y hasta los menores, en un recorrido que recupera la poesía y elecciones de vida y muerte que todavía nos sorprenden de Jorge Teillier, uno de los creadores más importantes de la tradición literaria chilena. Para el escritor Leonardo Sanhueza, "Nostalgia del futuro" es "la más completa y fidedigna investigación biográfica que se a escrito sobre el poeta de Lautaro". Y aquí, Carlos Valverde, cuenta los pormenores del trabajo de investigación sobre el hombre dueño de esta frase: "Lo único verdadero: que respiramos y dejamos de respirar".
-¿Qué significa la figura de Jorge Teillier a 25 años de su muerte?
-Es indudable que Jorge Teillier es una figura que se proyecta al porvenir y que es un poeta tremendamente vigente. Su literatura se ha vuelto muy popular. En los últimos años se ha transformado en un escritor muy querido, sobre todo en las nuevas generaciones de lectores y poetas noveles. Estamos ante un escritor que supo traspasar su esencia para tocar profundamente la sensibilidad de sus lectores. Yo creo que su obra está finalmente siendo justipreciada en su real medida. Ha envejecido bastante bien.
-¿De dónde viene su genialidad?
-En el lenguaje, por cierto, en las imágenes poéticas, en la invitación que el hablante nos hace para entrar en su mundo. Teillier nos extiende un poema como una mano amiga generosa. Es una poesía en cierta medida fronteriza, que mira hacia al pasado para actualizar el presente, en perpetua unión entre mundo moderno y el trasmundo de un pueblo fantasma. También su genialidad se basa en la sencillez del lenguaje, que no es algo fácil de lograr. Además de lo espiritual, donde admitimos en confianza las sombras de los antepasados y los objetos que atesoran lo humano. Si queremos entrar en ese bosque, es preciso que recuperemos los sentidos de Teillier.
-¿Qué significa el bar para el poeta Teillier?
-Yo diría casi como un lugar sagrado. O al menos esa aura quisimos transmitir en el libro. Por ejemplo, el bar "La Unión Chica", en calle Nueva York, en pleno centro de Santiago, donde gran parte de su fama se basa en que albergó a lo más alto de la bohemia literaria de la época. Teillier lo frecuentaba, incluso lo utilizaba como oficina en el tiempo en el cual trabajaba como director del Boletín de la Universidad de Chile: sólo debía cruzar La Alameda para llegar. Ahora, después del golpe de 1973, los vinos se pusieron bastante agrios. Con la familia de Teillier en el exilio, sin Lautaro (su pueblo), despedido de su trabajo y viviendo un verdadero "apagón cultural" en dictadura, el bar adquirió una dimensión más melancólica, alejada de la camaradería y la amistad.
-Entrevistaron a los dueños de La Unión Chica y El Parrón. ¿Por qué querían tanto a Jorge Teillier?
-Sí, entrevistamos a Wenceslao Álvarez y Roberto Fernández, los dueños de La Unión Chica y El Parrón. A Teillier lo querían por su gran sentido del humor y sencillez. Convengamos que Teillier era un intelectual el cual se sentía muy cómodo con gente común y corriente, con quienes podía compartir sus opiniones sobre fútbol, música popular, cine, boxeo, o cualquier tema en realidad. Roberto Fernández nos contó que le ofreció usar el Restaurant "El Parrón" de la Ligua como casilla postal donde le llegaban todo tipo de regalos para Jorge. Unos puros holandeses que le llegaron se los regaló. Era una persona muy generosa.
-¿Por qué crees que, teniendo la posibilidad de vivir más tiempo (18 años dijo su médico) Jorge Teillier prefirió no cuidar su hígado?
-El alcoholismo es una enfermedad que tiene un componente de autodestrucción. Leonora Vicuña decía de Teillier que era como si tuviese un hoyo en el estómago, que no podía llenar con nada. Y a pesar de que mucha gente cuidaba de su salud, optó por ese camino. Al final de su vida obtuvo bastante reconocimiento público ganando, por ejemplo, el premio Eduardo Anguita. Y, era firme candidato para quedarse con el Premio Nacional de Literatura ese año 1996, pero falleció unos meses antes. Sus amigos más cercanos le pedían por favor que hiciera el último esfuerzo por recuperarse, para tener la dicha de verlo ganar el Premio Nacional. Yo creo que tras el golpe de Estado su suerte estaba echada, claramente prefirió el autoexilio. Y esa desazón se hizo más profunda con la muerte de su hermano Iván y su amigo Rolando Cárdenas, con quienes compartía la misma cruz.
El próximo jueves 22 de abril se cumplen 25 años de la muerte de Teillier.
Por Cristóbal Gaete
Jorge Aravena Llanca
"Lo querían por su gran sentido del humor y sencillez. Convengamos que era un intelectual el cual se sentía muy cómodo con gente común y corriente".