Los raptos de novias en Georgia, una lacra que aún falta erradicar
Según el Ministerio del Interior de ese país, cada mes se raptan al menos 10 menores de edad para obligarlas a casarse. Una investigadora indagó en los matrimonios precoces y advirtió que excluyen la posibilidad de recibir formación.
El rapto de novias menores de edad para obligarlas a casarse es una antigua tradición caucasiana, hoy vergonzante en Georgia, país que aspira a integrarse a la Unión Europea (UE) y que lucha de la mano de los defensores de derechos humanos para erradicar esta lacra.
"Estamos en el segundo lugar después de Moldavia en Europa del este por secuestros de novias menores de edad para obligarlas a casarse, algo que no puede ser motivo de orgullo", dijo Tamar Dekanosidze, coordinador para Eurasia de la organización de defensa de los derechos de la mujer Equality Now.
Según datos del Ministerio del Interior, cada mes en Georgia se raptan de promedio a unas diez niñas para obligarlas a casarse, el 20% de las cuales abandona los estudios.
Para Goga Jatiashvili, uno de los mayores expertos georgianos en el tema, las causas principales de este problema son "el modo de vida patriarcal que se conserva en la periferia, la desigualdad de género, los problemas socioeconómicos que aquejan al país y las carencias en educación y prevención".
Testimonio
Según una investigación llevada a cabo por la ONU en 2018, el 14% de las mujeres georgianas casadas contrajo matrimonio antes de los 18 años, la edad mínima legal desde 2014 para hacerlo, y muchas familias eluden la normativa al no formalizar la unión.
Para Chinara Kodzhaeva, de 20 años, oriunda de la localidad de Kolosari, a unos 40 kilómetros al sur de Tiflis, la confianza que tenía en una de sus maestras fue la tabla de salvación para que sus padres no la casaran con 15 años.
"Tenía 14 años cuando mi padre me dijo que una familia acomodada me pedía en matrimonio para su hijo y que, por ese motivo, la boda era un asunto resuelto. Él era mayor que yo y ni siquiera le conocía. Fijaron la boda para mis 15 años", relató a Efe Chinara.
Compartió la decisión de su familia con una maestra, que denunció el hecho a la Policía.
Chinara fue trasladada por las autoridades a una residencia en Tiflis, donde continuó sus estudios becada y en septiembre próximo planea ingresar en la Academia de Policía o en la facultad de Derecho.
Castigo y prevención
El padre de la joven fue condenado a dos años de prisión por intentar casarla a la fuerza.
"Las relaciones con la familia se normalizaron. Voy con frecuencia a casa. Ellos también me visitan. Después de esta historia en Kolosari no han casado a la fuerza a ninguna chica. Ha sido una gran victoria, mía y de otras niñas", dice Chinara con orgullo.
Exjefe del departamento de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Jatiashvili indicó que el principal fallo de las autoridades consiste en que se centran en el castigo a los culpables de los raptos de novias, y "debieran prestar más atención a las políticas preventivas".
"En mi tierra si secuestran a una chica, ya no puede volver a su casa, pues la familia la rechaza por considerar que ha sido deshonrada", dijo Mindia Dzhgamadze, un estudiante oriundo de Senaki, una ciudad en el oeste de Georgia.
Minorías étnicas
El problema de las novias menores de edad es especialmente grave en las localidades donde viven de manera compacta miembros de minorías étnicas, como es el caso de la aldea Changuilar, habitada mayoritariamente por azerbaiyanos y situada a unos 60 kilómetros al noroeste de Tiflis.
"Me quedé helada cuando hablé con la gente de allí. Me dijeron que sus hijas y nietas de 10 o 12 años no tenían por qué estudiar, que lo importante era casarse a tiempo, ¡y 'a tiempo' para ellos es a los 12 o 13 años!", señaló Feridé Babáyeva, autora de una investigación sobre matrimonios precoces en Georgia.
"Nunca olvidaré los ojos de esa niñas, que lloraban cuando nos hablaban del miedo que sentían por su futuro", aseguró.
Por instrucción del Ministerio de Educación de Georgia, en la escuelas a las niñas de los cursos superiores se les imparten conferencias sobre los riesgos de los matrimonios precoces y sus derechos.
"Los matrimonios precoces prácticamente excluyen la posibilidad de recibir formación y esto significa que las chicas quedan en una situación de dependencia y vulnerabilidad", dijo la experta Elena Mamédova, autora de un informe sobre esta problemática para la Universidad Estatal de Tiflis.
Chinara Kodzhaeva, 20 años, asegura que la confianza que tenía en una maestra impidió que sus padres la casaran con 15 años.
Feridé Babáyeva investigó los matrimonios precoces.
14% de las mujeres georgianas casadas contrajo matrimonio antes de los 18 años, la edad mínima legal desde 2014 para hacerlo, indicó un estudio de la ONU en 2018.