"Escribir es acercarme a algún tipo de entendimiento"
Dos libros de la escritora colombiana Margarita García Robayo se editan juntos en Chile: "Primera persona" (Montacerdos) y "El sonido de las olas" (Alfaguara), ambos autobiográficos.
Una vida excéntrica lleva la escritora colombiana Margarita García Robayo (1980). Con ese material construye libros de ficción y no ficción. "Primera persona" (Montacerdos) y "El sonido de las olas" (Alfaguara) parecen dos posibilidades distintas de escribir la propia vida. Su narrativa es un equilibro entre historias de familia, trauma y vacío existencial. Son 11 años los que lleva publicando la autora, de cuarenta años: "Lo que no aprendí", "Hasta que pase un huracán", "Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza", "Las personas normales son muy raras" y "Cosas peores", entro otras ficciones. El año 2014 ganó el Premio Literario Casa de las Américas. Actualmente vive en Argentina y su obra ha sido traducida a varios idiomas.
El tiempo recobrado, Margarita García Robayo lo hace literatura, aún cuando dice no tener buena memoria: "Más bien soy bastante despistada. Lo que sí creo tener es una especie de memoria episódica detallada y selectiva de situaciones e imágenes que me disparan la escritura. Y esas situaciones son, en general, producto de incomodidades, molestias, incomprensión, violencia. El resto es pura reconstrucción. Escribir es un modo de acercarme a algún tipo de entendimiento", explica por teléfono.
-¿Cómo cruzas el pudor de lo autobiográfico?
-No me pasa eso del pudor. Tampoco creo estar diciendo cosas vergonzosas o haciendo algún tipo de exhibicionismo. Para mí los riesgos más evidentes que tiene la escritura basada en la experiencia personal son dos: la autocomplacencia o el autoflagelo. Trato de huir de ambos, supongo que a veces me sale mejor y otras peor, pero siempre tengo mucha conciencia de aquello que estoy escribiendo y de lo que estoy intentando decir. No me gusta la escritura "desbordada". O sea, esa escritura que carece de margen. Por mucha introspección que haya, en mi opinión, no hay que perder de vista que toda narración necesita un eje.
-¿Sería posible llegar a las profundidades que llegas en lo autobiográfico de vivir en tu país?
-Es algo que me he preguntado bastante. Mi respuesta suele ser que no lo creo, pero es algo de imposible comprobación. Sí creo que la distancia ayuda, justamente, a lo que decía antes: a identificar los márgenes, los contornos de las historias y de los temas que nos obsesionan. Si estuviera demasiado cerca, a lo mejor tendría una visión más distorsionada.
-¿Qué te dicen las personas que hoy se relacionan contigo? Son material de escritura.
-Ya no me dicen nada, o me dicen poco. Creo que entendieron que escribir es mi oficio, que me lo tomo en serio, que tengo clarísimo que la escritura no es un calco de la vida de nadie -mi vida es otra cosa, la escritura es solo una parte de ella-, pero también tengo claro que en este territorio (el de la literatura) no me puedo permitir mezquindades.
-¿Cuán complejo es ensamblar un libro así?
-Pensé que sería más difícil de lo que fue. Casi diría que milagrosamente los textos encontraron una especie de hilación entre sí; pero no fue un milagro ni mucho menos, es solo una prueba de que, efectivamente, los escritores tenemos fijaciones, obsesiones, "taras" que no se van. Solo se camuflan en la premisa correspondiente. El aprendizaje en el armado de este libro es que me pasé diez años escribiendo de lo mismo. Aunque los textos fueron escritos en épocas muy distintas, bajo circunstancias también distintas, es fácil reconocer a la misma narradora que busca algo que no encuentra, que se pregunta y se re pregunta más como un ejercicio reflexivo que como un mecanismo para encontrar respuestas.
-¿Te gustan los encargos de escritura?
-Me encantan. Me parecen un regalo, o más bien una excusa perfecta para volcar todo eso que igual querría decir, pero de un modo más volátil por la falta de un envase que lo contenga. El encargo es un envase.
-En ambos libros se repite el texto "Educación sexual". ¿Qué consejo les darías a las mujeres jóvenes sobre el inicio de su vida sexual?
-Que se alejen de las religiones.
-"Educación sexual" es un folletín. ¿Cómo lo hiciste, sabías de antemano lo que escribirías o ibas desarrollándolo en el camino?
-Lo iba desarrollando mes a mes, con la salida de cada revista. No fue el primero que hice, antes había hecho una suerte de "novelita" de humor para una revista argentina, la revista C, del diario Crítica. Se llamaba "Mi vida y yo" y lo escribí bajo el seudónimo de Carolina Balducci.
-¿Cómo explicarías la cercanía que produce la vida ajena en los lectores?
-Creo que para que un texto cargado de subjetividad tenga algún interés debe cumplir con una premisa innegociable: que el "yo" (la primera persona del singular) tenga vocación de "nosotros" (primera persona del plural). O sea, un texto puede partir de una experiencia individual, pero es imperdonable que se agote en ella. No creo que lo que interese sea la vida ajena como tal, sino la sensación de que en un punto esa vida ajena se toca con la mía; de que podría ser yo la que piensa, dice o escribe eso; y de que no soy sólo testigo, sino parte de aquello que se cuenta. Porque eso que se cuenta es (idealmente) sintomático del universo en el que el lector también existe.
-Entre ambos libros editados en Chile, ¿con cuál le sugerirías empezar?
-No podría darles un orden, son géneros distintos y por lo tanto son libros complementarios. "Primera persona" es una colección de ensayos y "El sonido de las olas" es una compilación de tres novelas cortas. Pero diría que ambos comparten el tópico de la pertenencia, la formulación de preguntas irresueltas, la desazón del origen como un lugar (físico y simbólico) que puede resultar expulsivo… Mejor dicho, recomiendo a quienes no me han leído y quieran hacerlo, que compren ambos libros y pidan un descuento a su librero amigo -después de todo comparten un texto.
El sonido de las olas
Margarita García Robayo
Alfaguara
288 páginas
$ 14 mil
Primera persona
Margarita García Robayo
Montacerdos
254 páginas
$ 14.900
La escritora vive actualmente en buenos aires.
Por Cristóbal Gaete
alejandra lopez