Trabajo infantil
Vivir la infancia es el derecho prioritario de los niños, proclamado por los organismos internacionales. La pregunta es por qué los niños no van a clases y prefieren salir a trabajar, situación que podría haberse acentuado en este período de pandemia.
De acuerdo con estudios realizados antes de la pandemia, 168 millones de niños en todo el mundo y 12,5 millones en Latinoamérica, abandonaron su infancia y sus estudios para ingresar al mercado laboral. Se estima que en Chile hay más de 200 mil menores que trabajan, muchos de manera informal.
Desde el segundo semestre de 2019 se comenzó a aplicar en Chile el Índice de Vulnerabilidad al Trabajo Infantil, herramienta estadística creada por la OIT y la Cepal.
Vivir la infancia es el derecho prioritario de los niños, proclamado por los organismos internacionales. Sin embargo, para una parte de la población infantil, esos derechos se ven coartados, cuando tienen que ingresar a temprana edad al mercado laboral.
La mayoría de ellos ingresó al mundo laboral entre los 13 y los 15 años, pero detrás de esas cifras hay un problema oculto, que es el que genera las situaciones más dramáticas, porque en casos extremos se encuentra la explotación y el comercio sexual. Basta recorrer las calles céntricas de las principales ciudades en las noches para darse cuenta de esa realidad.
El trabajo infantil es un fenómeno complejo cuya responsabilidad no solo recae en las familias, sino que también revela que el sistema social, político, económico y cultural ha contribuido a generar los contextos de precariedad y riesgo para un porcentaje importante de la población.
La pregunta es por qué los niños no van a clases y prefieren salir a trabajar, situación que podría haberse acentuado en este período de pandemia. Muchas veces, por un padre ausente, una madre enferma, la falta de recursos y otros elementos que están presentes en estas dramáticas realidades. Pero no hay condiciones aceptables para que un menor realice trabajos permanentes y excluyentes, incluso solo apropiados para adultos. Lo inaceptable es que deban hacerlo porque la sociedad no brinda las oportunidades necesarias a sus progenitores para contar con el mínimo sustento.