Pedaleando sobre las nubes
Son las 6 de la mañana. Temuco aún duerme y una espesa niebla cubre la ciudad, haciendo que la noche se vuelva más oscura. El frío cala los huesos y las calles están vacías. No hay ruidos. Es el panorama perfecto para dormir hasta tarde, más si es fin de semana. Pero en varios puntos de la urbe hay una decena de personas que se apresta a salir de sus casas. Ataviadas con ropa térmica, cascos y guantes, encienden los pequeños reflectores de sus vehículos, revisan el aire de los neumáticos y parten al encuentro. La motivación es especial. Hoy hay cerro.
Son los integrantes del club de mountainbike Turismo Bike Araucanía, una cofradía de amigos que tiene en común la pasión por el barro, las subidas extenuantes y bajadas estrepitosas, pero en bicicleta, vehículo con el cual no solo hacen deporte, sino también se entretienen, comparten y usan de excusa perfecta para conectarse con la naturaleza. Especialmente ahora que las condiciones sanitarias de Temuco permiten actividades deportivas al aire libre.
RUTA AL CERRO
El punto de encuentro es la entrada norte de Temuco. Hasta ahí van llegando uno a uno, luego de atravesar parte de una ciudad que lentamente comienza a despertar.
Ya reunidos y mientras el día cae sobre la urbe, la pequeña hilera de pedaleros recorre, entre la bruma, unos cinco kilómetros hasta que el asfalto de la ciclovía cambia a una ruta barrosa y húmeda, en el ingreso al sector Pumalal. La aventura está por comenzar.
Los senderos de Pumalal son caminos emplazados en medio del cerro por antiguas faenas forestales. Varias huellas se abren paso por la montaña y avanzan serpenteando una empinada pendiente que exige al máximo las capacidades de cualquier amante de los deportes al aire libre. Son varias las rutas que llevan -luego de un extenuante pedaleo- hasta la cumbre, de unos 500 metros de altura, donde no hay niebla y un sol otoñal recibe a los ciclistas.
El premio a los que logran terminar la aventura es encontrarse frente a frente con el Llaima, que se levanta majestuoso en la cordillera, empinado sobre un océano blanco de niebla que lo cubre todo. Eso, además de un descenso vertiginoso que permite retornar de este pedaleo sobre las nubes en cosa de minutos.
La ruta terminó y ya hay acuerdo entre los miembros de Turismo Bike Araucanía para enfrentar juntos el siguiente desafío.