Regreso del voto obligatorio
Desde los comicios municipales de octubre de 2012, el ausentismo se ha elevado cada vez más. Desde luego que preocupa la baja participación, porque significa que muchas personas se ponen al margen del mecanismo electoral.
La Cámara de Diputados ha aprobado y despachado a la Sala del Senado la reforma constitucional que busca reinstaurar el voto obligatorio como respuesta a la baja participación de las últimas elecciones. Anteriormente, el texto fue aprobado en general, sin embargo, debió volver a la Comisión de Gobierno luego de que diputados de Chile Vamos presentaran indicaciones durante la sesión. La iniciativa ya había sido discutida en enero de 2020, aunque por falta de quórum fue rechazada en esa ocasión.
Es notorio que se ha acentuado la baja de participación de los ciudadanos en cada elección. En los comicios de gobernadores regionales que se efectuaron en 13 regiones, solo el 19% de las personas habilitadas para votar concurrió a las urnas.
Los registros electorales fueron reabiertos en Chile poco antes del plebiscito de 1988, con voto obligatorio. Desde entonces, la participación ha menguado con el correr de los años. La ley 20.568, que reguló la inscripción automática y voto voluntario fue promulgada el 23 de enero de 2012. Con ella se pretendía -supuestamente- resolver el problema de la alta abstención electoral. No obstante, desde los comicios municipales de octubre de 2012, el ausentismo se ha elevado cada vez más y se hace notoria la falta de interés de la ciudadanía por participar en los comicios.
Desde luego que preocupa la baja participación, porque significa que muchas personas se ponen al margen del mecanismo electoral. Tal vez quieren manifestar así su desencanto por la forma de hacer política. No obstante, ello debilita la democracia y da menos sustento y legitimidad a quienes son elegidos. El sistema democrático requiere de coaliciones gobernantes y opositoras fuertes, pero esto se altera si los ciudadanos prefieren quedarse fuera, porque ellos serán los que se beneficiarán o perjudicarán con las iniciativas que aprueben las autoridades. Es necesario enfocarse en la opinión casi generalizada de los electores, que estiman que la clase política no ha sabido enfocarse en los temas que a ellos realmente les interesan.