Lucha contra la sequía
La escasez de agua dificulta el desarrollo de la agricultura y la ganadería, además del propio consumo humano. La contaminación de los ríos, las lagunas y los lagos es cada vez mayor, lo que acelera la crisis.
La prolongada sequía que ha afectado al país desde hace al menos doce años, ha generado una situación muy complicada, especialmente en las zonas agrícolas. De hecho, 2019 fue el año más seco del que se tenga registro, y en la actualidad los caudales de los ríos no se han recuperado sino que son muy inferiores, por lo que se prevé que las malas condiciones se sigan acentuando, aunque sus efectos se notan con más fuerza cada verano y en especial en las zonas rurales.
La Asamblea General de Naciones Unidas celebró la semana pasada el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, con el fin de que los países pongan atención sobre este tema. Desde hace más de una década que Chile experimenta una de las mayores sequías de su historia, que se ha manifestado de manera distinta a lo largo del país, pero que ha afectado mayormente a las zonas rurales comprendidas entre las regiones de Coquimbo a Los Lagos, donde la escasez de agua dificulta el desarrollo de la agricultura y la ganadería, además del propio consumo humano.
Es probable que los habitantes de los centros urbanos no alcancen a dimensionar esta situación, a menos que vean cómo se estrechan los caudales de los ríos y esteros. Sin embargo, en las comunas rurales esto se traduce en que las napas se están secando paulatinamente, lo que afecta a miles de personas, que no cuentan con un buen suministro de agua para enfrentar sus necesidades diarias y para regar sus cultivos, sobre todo en verano.
Por otra parte, la contaminación de los ríos, las lagunas y los lagos es cada vez mayor, lo que acelera la crisis. Y mientras la zona centro-sur enfrenta el déficit de lluvias, en el norte de Chile la desertificación avanza sin cesar, por lo que es necesario que las autoridades tomen las medidas necesarias para que el recurso sea bien utilizado en las actividades productivas en el campo, en la industria, en la minería y en los hogares. El cuidado del recurso y del medio ambiente nos compete a todos y debe partir desde los hogares y las empresas, porque el agua se está haciendo cada vez más escasa.