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"Pacificación" de La Araucanía
Hay otro proyecto más de "repacificar" La Araucanía. Se sugiere la intervención de un organismo dialogante Noruego. Pretender que esos mini ejércitos y sus "coordinadoras" vayan a dialogar es caer otra vez en teorías fantásticas e ingenuas: sus delitos son de carácter terrorista, desconocen el Estado de Derecho: es más pretenden su destrucción (lo han dicho mil veces, desde 1997) y para ello practican sabotaje y ataques armados contra todo quien esté a su alcance, cada vez más letales y seguidos.
Su fin es de orden separatista, crear un "enclave" o mini Estado de ellos, dentro de Chile. La reacción del Estado de Derecho es la aplicación de la ley que permite su combate haciendo uso de los medios que la ley franquea, esto es, la disolución de la CAM y otros grupos afines, la intervención de las comunidades donde ellos se refugian y su disolución legal, al mismo estilo que Colonia Dignidad, incautando las fuentes de financiamiento, las armas, drogas y otros productos de su actividad delictual, la ubicación de especies robadas y su devolución a los legítimos dueños, la detención de todo quien tenga orden de detención o se oponga y, por último, ante una reacción de fuerza, usar la fuerza, en grado superior al de la amenaza.
Todo ello acompañado de la prueba del legítimo actuar, con profusa información y con todos los argumentos para desmentir a quienes se lanzarán en su defensa o denunciando falsedades.
Porque el Estado de Derecho tiene por fin el bien común, proteger la vida y la salud de los habitantes del país y propender a su desarrollo en libertad y en paz, cosa que los terroristas no desean en absoluto.
La actividad de la CAM y asociados no es noble, sino simplemente otra forma de negocio que tienen los viles y cobardes. Esta gente es la vergüenza y quizás qué dirían de ellos héroes como Caupolicán o Lautaro si los vieran, atacando de noche, armados, de sorpresa, actuando sobre seguro, en "patota" contra gente de trabajo, desarmada; a quienes incendian y roban para luego arrancar como ratones; dedicados al cultivo de droga, robo de madera y vehículos.
No hay "weichafes" menos aún "conas"; solo cobardes, asesinos, ladrones, que atacan por gusto a gente buena, que trabaja y que quiere vivir en paz en La Araucanía.
Los tiempos han cambiado, el Wallmapu no existe. Los chilenos con sangre mapuche están perfectamente integrados a la patria, quieren vivir en paz y poder trabajar al igual que todo el resto de los chilenos que vivimos en esta hermosa Región.
George Tomas Doettingen
La responsabilidad sigue estando en las personas
Uno se da cuenta que las medidas sanitarias han sido exitosas cuando ves reacciones como la del dueño de un restaurante en Temuco, el cual se enfureció al saber que clientes poseían pases de movilidad falsos y les solicitó que se fueran. No pasa por un tema de discriminación, sino por la sensación de impotencia que generan estos actos reprochables que desmerecen el esfuerzo por cuidar salud de los demás y la reactivación de un campo laboral que ha sido fuertemente golpeado por la pandemia.
El pase de movilidad no solo refleja mi propia "libertad" para poder desenvolverse de mejor manera en algunas actividades, sino que también el permitir esta misma libertad a los demás. Por eso es importante entender y hacer saber a los demás la importancia de ir a vacunarnos, para continuar por esta senda que nos tiene como uno de los países líderes en materia sanitaria.
Josefa Hernández, funcionaria de Salud
Doble estándar
Hace algunos días, en una entrevista en CNN, la convencional constituyente y coordinadora de la comisión de Derechos Humanos, Manuela Royo, se defendió de las críticas por haber frenado la alocución de Ruth Hurtado (RN) en la que recordó el eventual nexo entre la machi Francisca Linconao y el brutal asesinato del matrimonio Luchsinger-Mackay.
"Acusar a una persona y vincularla a un delito que no cometió es una vulneración a sus derechos humanos y al derecho que todos tenemos de que se nos trate con dignidad", afirmó Royo.
Llama la atención entonces que la misma Royo no aplique ese mismo criterio con el exalmirante Arancibia, quien también es parte de la comisión de Derechos Humanos y es hostigado constantemente por ella y otros constituyentes de izquierda por haber sido edecán de Pinochet. Arancibia no ha sido condenado por ningún delito y no tiene ninguna cuenta pendiente con la justicia. Entonces, en palabras de Royo, fustigarlo por acciones o delitos que no cometió, sería "vulnerar sus derechos humanos".
Para que los ciudadanos sigamos confiando en el trabajo de la convención, lo que menos necesitamos ver son estas muestras descomunales de doble estándar.
Mateo Aldunate