Monseñor Héctor Vargas celebró Misa Crismal en la Catedral de Temuco
ENCUENTRO. Cambio de fase en el Plan Paso a Paso permitió realizar esta celebración propia de Semana Santa, en que junto a la bendición de los Santos Óleos, los presbíteros renuevan sus promesas sacerdotales.
"Es un día especial, ya que debido a la fase en que nos encontramos, finalmente podemos llevar a cabo esta celebración propia de Semana Santa, en que junto a la bendición de los Santos Óleos, nuestros apreciados presbíteros renovarán sus promesas sacerdotales". Los conceptos corresponden a monseñor Héctor Vargas Bastidas, obispo de la Diócesis San José de Temuco, quien presidió la Misa Crismal que se realizó el pasado jueves 12 de agosto, en el Templo Catedral.
Esta celebración, que es la máxima representación de la plenitud de su sacerdocio y del ejercicio de su potestad, se inició con el canto del himno y oración a San José, patrono de la Diócesis y la Catedral, en este año dedicado en su honor.
ABRAZAR LA CRUZ
"Queridos hermanos sacerdotes, para nadie es un misterio que estos últimos años han sido particularmente difíciles y duros no solo para la Iglesia en cuanto institución, sino también para cada uno de ustedes que en medio de la tormenta y el sufrimiento, han debido animar sus comunidades, mantener el rebaño unido y llevar adelante la misión que se les ha confiado", manifestó en su homilía, Monseñor Héctor Vargas, quien agregó que "a ello, debemos sumar las angustias de nuestro pueblo por diversas injusticias sociales y las consecuencias personales y familiares fruto de la pandemia, que les ha implicado a ustedes numerosos esfuerzos de solidaridad cristiana. Hoy deseo dar gracias a Dios por su fidelidad, y a tantos hermanos y hermanas de las comunidades, como a los diáconos, religiosas y ministros que les ha acompañado, sostenido y contenido (…) Inspirado en la Homilía Crismal del Papa Francisco, he querido reflexionar con ustedes, sacerdotes, acerca del misterio de la Cruz del Señor".
Posteriormente, el obispo invitó a los sacerdotes a renovar las promesas de su sacerdocio, reafirmando los compromisos que asumieron al ser llamados al Orden Sagrado.
En la Liturgia Eucarística, en el ofertorio fueron presentados y posteriormente bendecidos los Santos Óleos, el de los Enfermos, óleo de los Catecúmenos y el Santo Crisma.
12 de agosto