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cuórum va a tener el plenario, cuántas veces una propuesta de una comisión va a ir al pleno para que se le hagan indicaciones y vuelva a la comisión. ¿Dos veces, tres, cinco? ¿Qué pasa si se rechaza cinco veces? ¿Qué ocurre con ese tema? Son muchos los aspectos que es fundamental definir hoy día para que el debate constitucional de los contenidos realmente pueda fluir y no se vea obstaculizado y se entre en un caos en que cada uno opine lo que quiera o hable cuando quiera o presente las indicaciones cuando quiera.
-¿Y cuándo comienza la redacción propiamente tal?
-Yo creo que las comisiones de contenido propiamente tal se van a formar durante el mes de septiembre. Ahora, hay que considerar, y por eso te decía que estamos trabajando a full, que esta semana empezaron las audiencias públicas de las distintas comisiones. Y tienes comisiones como la de Derechos Humanos que tiene cerca de 300 peticiones de audiencia. Lo mismo la comisión de Participación Ciudadana. Nosotros, la de Comunicaciones, ya hemos escuchado a una treintena de organizaciones y seguiremos hasta el jueves de la próxima semana escuchando a diversas instituciones, medios, todo tipo de agrupaciones y de personas que quieren hacer su aporte.
-Tantas peticiones es bueno y malo a la vez. Bueno, porque grafica el interés de las personas e instituciones por participar del proceso. Pero malo, porque el tiempo es acotado. ¿Alcanzarán a escuchar a todos?
-Tenemos la obligación de escucharlos a todos. La legitimidad de esta nueva Constitución pasa por la participación ciudadana, por lo tanto, no hay alternativa. Pero me imagino que en las comisiones que tiene niveles tan altos de peticiones probablemente se van a dividir en subcomisiones para escuchar a quienes pidieron audiencias, porque si no, no les va a alcanzar el tiempo. Pero es indispensable e importante.
Las organizaciones vienen con un espíritu muy genuino de aportar. Tienen muchas ganas de ser escuchadas y de aportar en lo que saben. Uno de los grandes descubrimientos que he tenido en este proceso desde la campaña es el tremendo capital humano que tiene nuestro país y que lo hemos estado desperdiciando. Eso me maravilla. En la campaña tuve muchos diálogos y cada vez que terminaba quedaba maravillada con la gente que había participado. Y lo mismo me pasa con mis compañeros y compañeras constituyentes y con la gente que está pidiendo audiencias para ir a aportar. Hubo muchas becas en los últimos años de gente que salió al extranjero y que volvió y muchos no han tenido dónde aportar lo mucho que aprendieron afuera. Y tú las encuentras hoy en distintas organizaciones y lugares y llegan a la Convención a aportar todo lo que tienen y que hasta este momento el país no les había dado espacio. Y también tienes grupos que con más o menos preparación académica están muy focalizados en algún interés en particular, como es el agua, el cambio climático, las energías limpias; distintas temáticas específicas en que te das cuenta de que no sólo tienen un eslogan sobre el tema, sino que han estudiado y conocen profundamente la temática de ese movimiento social en que están participando.
-Más allá del valor intrínseco de un nuevo texto constitucional, tal vez el gran legado de este proceso sea justamente ese: que aparezcan voces y miradas que nunca tuvieron visibilidad.
-Yo creo que estamos en medio de un cambio político, económico, social y cultural muy profundo. Y creo que esto partió con el estallido social. Aquí hubo un grupo de gente que estaba invisibilizado y que empezó a cambiar el rumbo del país. En ese sentido, por ejemplo, hay intentos de los analistas y de los medios de comunicación de tratar de entender y explicar lo que está pasando a partir de las categorías de izquierdas y derechas. Y la verdad es que eso no da cuenta del Chile del siglo 21. Por ejemplo, hoy (jueves) se votó que la Convención tenía que hacerse cargo del cuidado que están dejando de ejercer algunos constituyentes, cuidado de niños, adultos mayores, de personas con algún tipo de discapacidad. Se ha hablado tanto de que la nueva Constitución y el país tiene que valorizar el trabajo doméstico y de cuidado; bueno, hoy ya comenzó a ponerse en práctica con esta votación. Hay un cambio cultural muy grande. Y cuando alguien vota a favor de eso, ¿es de izquierda o derecha? ¿O simplemente toma conciencia de un tema fundamental? Hay constituyentes que no podrían cumplir el rol para el cual los eligió la ciudadanía si el Estado no se hace cargo del cuidado que ellos hacían gratuitamente. Entonces, ya nuestra cultura está cambiando.
-¿Cómo se ve esta vieja división en los pasillos, en la convivencia diaria? ¿Existen todavía esas tensiones o comienzan a bajar las barreras?
-Comentábamos justo esta semana que uno ve los patios ahora en los almuerzos y los grupos son muy mezclados. Los distintos colectivos con los que cada uno llegó se han ido abriendo. Y nos hemos ido conociendo y aprendiendo quién es el otro, por qué piensa de una determinada manera. Hemos ido creando poco a poco un cierto nivel de complicidad, de amistad y de confianza, y yo espero que esta etapa inicial nos ayude mucho a dialogar y llegar a acuerdos cuando entremos en los problemas constitucionales de fondo. Con Independientes No Neutrales hicimos un ejercicio para elegir una vicepresidenta de nuestro movimiento y conseguimos votos desde La Lista del Pueblo, pasando por el Frente Amplio y todo el espectro hasta la derecha del Apruebo. Quisimos dar esa señal, decirles a todos que cuando hay un objetivo, podemos ponernos de acuerdo. Hay constituyentes de todos los sectores trabajando para una tarea concreta en común y salvo algunos conflictos puntuales, la verdad es que están todos trabajando a full.
-¿Se sumarán a esta corriente los de la derecha del Rechazo?
-Habría que preguntárselo a ellos, pero lo que sí te pudo decir es que en la Comisión de Comunicaciones, por ejemplo, que es en la que estoy, está también Teresa Marinovic, quien hace declaraciones muy fuertes y estridentes, pero que ha trabajo haciendo buenos aportes dentro de la comisión. Entonces, ahí hay dos facetas de ella que no conocíamos antes. Ella es capaz de dialogar con nosotros y de avanzar y de cumplir la terea que se nos encomendó en conjunto.
-¿Les preocupa la imagen que tiene el trabajo constituyente? ¿Han comunicado mal?
-Se necesitan dos para el tango. Aquí hay por un lado una falencia de la Convención Constitucional en el sentido de que tal como no había computadores en el primer día, ni basureros, tampoco había una estructura comunicacional, que la hemos ido creando a medida que avanzamos, pero que todavía le falta. Si uno mira la página web, ha mejorado, pero cuesta mucho encontrar lo que uno busca. Entonces, hay una carencia nuestra para comunicar bien lo que estamos haciendo, que se ha ido mejorando. Y, por otro lado, hay una tentación de los medios de tomar las declaraciones más estridentes. Pero el problema que tiene esa manera de reportear la Convención es que no refleja lo que está ocurriendo. Esas declaraciones estridentes no importan nada en Convención. Es decir, las declaraciones de Tere Marinovic no valen nada, pero sí vale el trabajo que ella ha estado haciendo en la comisión de Comunicaciones. Es tan, tan, tan injusto para todos los constituyentes que nos digan que estamos puro flojeando, que no estamos haciendo nada, que no avanzamos nada.
-¿Y por qué han tenido repercusión esos comentarios?
-Creo que hay un grupo pequeño que no quiere que esto salga bien. Es el grupo que votó Rechazo. Algunos dentro de la Convención y otros fuera de ella están interesados en torpedear su avance. Y no hay que sorprenderse. Son las personas que no querían cambios, que se sienten cómodos, que les gusta la Constitución que tenemos. Sabemos que quieren que ojalá estemos todo el día enredados en un tema que no es real, que tiene una partecita de verdad y una gran parte de fantasía.
politzer dice que teresa marinovic (ambas en la imagen) proyecta una faceta hacia el interior de la convención y otra hacia afuera.
"Estamos en medio de un cambio político, económico, social y cultural muy profundo. Y creo que esto partió con el estallido social. Aquí hubo un grupo de gente que estaba invisibilizado y que empezó a cambiar el rumbo del país".
"Hay un grupo pequeño que no quiere que esto salga bien. Es el grupo que votó Rechazo. Algunos dentro de la Convención y otros fuera de ella están interesados en torpedear su avance. Y no hay que sorprenderse. Son las personas que no querían cambios".
"Las organizaciones vienen con espíritu genuino de aportar. Uno de los grandes descubrimientos que he tenido en este proceso es el tremendo capital humano que tiene nuestro país y que lo hemos estado desperdiciando".
"Los distintos colectivos con los que cada uno llegó se han ido abriendo. Y nos hemos ido conociendo y aprendiendo quién es el otro, por qué piensa de una determinada manera. Hemos ido creando poco a poco un cierto nivel de complicidad, de amistad y de confianza".