Siete años han transcurrido desde que el crimen de Erica Hagan quedara al descubierto en Temuco y dejara una triste huella que se recuerda cada 5 de septiembre. En este nuevo aniversario, la Fundación Educacional Colegio Bautista, en cuyo recinto fue hallado el cuerpo de la joven sicóloga estadounidense, hizo un llamado a los responsables de su muerte a confesar y a enfrentar la justicias.
"(...) Nos dirigimos a quien o quienes sean responsables llamándoles al arrepentimiento, pero no solo a ello, sino también a la confesión para recibir el justo castigo temporal por sus actos", expresa el mensaje leído ayer por el rector del colegio, Juan Luis Salinas, a nombre de la comunidad educativa, la cual se ha hecho parte de la persecución penal en este caso a través de una querella.
A un año de la reapertura del caso, Víctor Toledo, abogado querellante y representante de Regina O'Neal (madre de Erica), destaca que hoy exista una fuerza de tarea exclusiva para la investigación, la que ha avanzado - dice - de manera "correcta", y también destaca que la indagatoria tenga carácter de abierta, lo que permite seguir la pista no a una, sino a tres hipótesis, "todas igualmente válidas", aunque no entrega más detalles de estas.
De acuerdo a la información compartida por Toledo, la investigación iniciada en septiembre de 2020 ha evolucionado en forma positiva. "Estamos agradecidos del compromiso que han tenido la Fiscalía y la PDI, compromiso - acota - que se traduce en una fuerza de tarea especialmente designada para la investigación del caso, y que lo ha hecho en forma correcta y profesional".
Existe un preinforme de la Fiscalía entregado en el cual se detalla a los querellantes un sinnúmero de tareas que se han realizado y hoy estarían a la espera que se les pueda revelar algún avance adicional del trabajo investigativo.
"A un año de la reapertura del caso se ha entrevistado a un número importante de testigos, porque una de las conclusiones de las fuerzas de tarea fue que, lamentablemente, la investigación pasada estuvo un poco sesgada, dado que a muchos testigos se les consultó siguiendo solo una línea de investigación y no se les consultó en forma abierta respecto de todas las hipótesis. En ese sentido, se requirió ampliar la indagatoria para preguntarles sin sesgos respecto al conocimiento que tienen de los hechos", detalla Toledo.
El abogado que representa a la madre de Erica Hagan recordó que como se trata de una investigación desformalizada y no existe un imputado las hipótesis están abiertas.
"La presentación ante la Fiscalía Regional que originó la reapertura del caso contiene diligencias, no contiene una versión de hechos. Por ello solicitamos que se realicen estas diligencias porque más o menos la línea investigativa respondería a tres hipótesis de posibles imputados o responsables del crimen, y esas tres hipótesis son igualmente válidas. Y las tres deben ser profundamente investigadas", acota el abogado.
El 19 de agosto José Antonio Acuña Quinchaleo, un hombre de 60 años domiciliado en el sector Roblería de Lautaro, fue visto por última vez en la calle Brasil, kilómetro 7, en la localidad de Dollinco Bajo. Desde entonces nada se ha sabido de él y por ello la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) lidera diversas diligencias para dar con su paradero, entre ellas masivos operativos de búsqueda y rastro.
La más reciente actividad tuvo lugar el 1 y 2 de septiembre y pese a que movilizó a 150 personas de instituciones como Bomberos, Ejército, Carabineros, personal municipal, familiares y vecinos del sector no hubo novedades.
El inspector Alexander Niefergolt, de la Bicrim Lautaro, explicó que "en virtud a una orden de investigar por presunta desgracia, detectives de esta brigada realizaron rastreos sin obtener resultados positivos respecto al paradero" de la persona en cuestión.
Dada la situación, el oficial hizo un llamado a la comunidad para solicitar la cooperación de quienes hayan visto a José Acuña el día que desapareció y por ende la policía continuará las diligencias tendientes a encontrar a la persona buscada tal como lo instruyó la Fiscalía Local de Lautaro.
Vale precisar que al momento de su desaparición, José Acuña Quinchaleo vestía con un polar color azul, pantalón de buzo azul marino y zapatos color café. Mide 1.65 metros, es de tez trigueña, pelo corto y canoso, de contextura gruesa y tiene ojos café.
Toda información de utilidad se puede hacer llegar al 134, al teléfono (45) 2 659876 o bien directamente al cuartel ubicado en Manuel Montt 310, Lautaro.