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"No por tener 20 años uno tiene el mundo en sus manos y se convertirá en el súper rockero de sus sueños. Las cosas pueden darse después de los 50 como me sucedió a mí".
Esta sincera declaración Hugo Fierro Acevedo (voz y guitarra) refleja muy bien el momento artístico por el que atraviesa "La River Blues Band", su más reciente proyecto musical asentado en Pitrufquén y compartido con Águeda Gallardo (voz y bajo) y Óscar Pozo (batería); el cual, a fin de año, grabará su segundo álbum en el mítico estudio Romaphonic de Buenos Aires, por donde han pasado bandas y solistas como Fito Páez, Divididos, Miguel Mateos, Rata Blanca, Natalia Lafourcade y Siddhartha, y que ha prestado servicios a Metallica, Miley Cyrus y Coldplay.
Originarios de Santiago y Penco, Hugo y Águeda, los fundadores de esta nueva banda que transita por los sonidos del blues, country y rockabilly, comparten una vida juntos que va desde el amor de pareja hasta la pasión por la música, un camino que inician a la par en 1999 y que los ha traído a encontrar su mejor versión al alero de la comuna de Pitrufquén, en medio de la vida de campo y a solo 300 metros del río Toltén.
Los creadores de La River Blues Band se conocieron en la Región del Biobío. Para entonces había corrido bastante "agua bajo el puente" en la vida de Hugo.
Egresado de la especialidad de mecánica, él había dado sus primeros pasos musicales en Santiago donde lo que ganaba trabajando para el PEM lo invertía en estudios de música, especialmente, para recibir consejos de Alejandro Escobar, el fundador del grupo de jazz Quilín. Cerca de los 20, cuando ya había incursionado en varios proyectos de banda, se une al grupo Locura Colectiva, que en 1986 suena en las radios con dos canciones que no alcanzan la resonancia que otras agrupaciones logran en el boom del rock latino.
En 1989 una oferta de trabajo como mecánico lo lleva a mudar su vida a Concepción. Para entonces está en su primer matrimonio, el cual fracasa 8 años después. En ese tiempo la música se queda en el congelador y su existencia da un giro en 180 grados, "para mal", como expresa él, dado que se vuelve hippie, compra una moto y abandona la vida laboral, eso hasta que tres años después logra abrir un taller mecánico.
Al filo del siglo 21, en 1999, Hugo conoce a Águeda y su encuentro se torna más que oportuno. "La conocí en una época en la que yo estaba tocando fondo", recuerda él. "Teníamos amigos en común y la música nos uniría después", comenta ella.
"Con Águeda la vida me cambió para bien. Entonces sentí que debía dar gracias por lo que me estaba pasando, así que me acerqué a una iglesia", relata Hugo Fierro, quien agrega que allí todo toma su curso y, de pronto, por necesidad de esa comunidad, forman una banda de rock cristiano. La bautizan "Zion" y a ella se une Claudio Fierro, hermano del músico.
Así rebrotan las ganas de hacer música. Funcionan 10 años como banda cristiana y un hecho tan rompedor de esquemas como el terremoto y tsunami de 2010 llega para cambiarlo todo.
CAMBIOS
Luego de salir heridos y perder sus instrumentos por a irrupción del mar en Penco, Hugo y Águeda dejan hasta allí lo que estaban haciendo, regresan a la escena musical de Concepción, vuelven a las canciones seculares y se reinventan como "La Chela Bahamondez", banda que lleva el nombre de la abuela de Hugo y que los inserta en el ambiente artístico con un repertorio de rock latino, el cual suena en pubs de la capital penquista.
Cuando ya tienen tres hijos y una vida que los está estresando por el ruido, dado que habitan una casa que está a solo metros de una carretera y de la línea del tren, conversan y deciden que quieren un cambio radical.
"Goglean" parcelas en venta y se encuentran con una en Pitrufquén. Las fotos muestran la naturaleza del lugar, un volcán de fondo, un estero y un río a pocos metros y se enamoran de inmediato. La decisión está tomada. Venden instrumentos y equipos de amplificación, aseguran la compra y el 12 de septiembre de 2017 bajan maletas en su nueva propiedad, lejos del ruido, con pocos recursos y todas las ganas de empezar de nuevo.
"Vendimos todo para hacer este cambio y vivir en un lugar lindo", expresa Águeda, "y logramos lo que queríamos, porque hasta el día de hoy no nos arrepentimos". "Vinimos a aprender de la tierra y hemos llevado un modo de vida autosustentable", comenta Hugo.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. La economía no los acompaña en un comienzo, y muy a pesar de los números rojos deciden persistir en su sueño y decretan que las cosas mejorarán, y así sucede, recuerda Águeda.
Luego de retomar la artesanía en fierro forjado, actividad que también desarrollaban en Concepción, poco a poco la música vuelve a tomar ganar un espacio. Algunas colaboraciones en la escuela rural Nuevo Horizonte a la que asisten sus hijos fueron su primera tarjeta de presentación, sin embargo, es su actuación como teloneros de Santaferia en la Novena Feria Costumbrista de Pitrufquén y ante 25 mil personas, la que les abre puertas y genera nuevas invitaciones a tocar.
En tres años de tocatas y creación musical han logrado consolidar la banda que son hoy, detrás de la cual hay un hito que les infunde el combustible necesario para seguir adelante, esta vez, a partir de una guitarra y un bajo "de palo", como dicen ambos. Ese hito es el concurso de canciones que organiza Mall Vivo, al cual postulan con "La Mala", uno de los dos demos que consiguen grabar en el estudio de un viejo amigo de "Locura Colectiva" en Puerto Montt; y con la cual resultan octavos entre más de 2 mil canciones.
"Eso nos dio confianza para retomar con más fuerza", comenta Hugo Fierro y Águeda Gallardo, quienes recuerdan que antes de la pandemia alcanzan a tocar también en el Montaña Fest, de Teno, donde comparten escenario con Tiro de Gracia y Pedro Piedra, toda una secuencia de hechos afortunados que coronan este año con su inclusión en la programación del "AGTAE Fest", evento en el compartieron cartelera con Francisca Valenzuela, Lucybell, Los Tres, Nicole y BBS Paranicos, entre otros.
Mario, Matías y Pepe han aportado el sonido de la batería a esta banda trío, cada uno con lo mejor de sus capacidades y estilo. Hoy, con el aporte de Óscar Pozo, La River Blues Band proyecta seguir haciendo música en la línea que definnen en los últimos tres años y que consolidan en noviembre de 2020 con el lanzamiento de su primer disco "Ding Dong Rocket", en el cual hacen gala de un sonido retro hecho en pleno siglo XXI, de la mano del blues, country y rockabilly; material que debutó en vivo en una transmisión online difundidad desde el Centro Cultural de Pitrufquén, materialque está disponible en Spotify y Youtube.
"Para ese primer disco hicimos ocho canciones y grabamos siete. La producción la hizo Boris Sazunic, exguitarrista de Aparato Raro, en el estudio Laftrache de Pucón y nos quedó pendiente un tema que pretendemos grabar ahora. Es una canción más rocketa dedicada a los pueblos originarios", precisa Hugo Fierro.
Lo cierto es que, como el ave fénix, este matrimonio de músicos y cantantes logró reinventarse y hacer posible en una etapa madura de sus vidas lo que siempre quisieron: ser reconocidos por sus canciones y tocar, tocar y tocar, para conectar con audiencias, cosa que lograron en pleno tiempo de pandemia; una apuesta que tendrá continuidad a fin de año cuando viajen a Argentina para hacer una sesión y grabar su segundo disco al alero de Romaphonic Studios.
A solo días de haber ofrecido un concierto para el espacio "Música entre Libros" de Pabellón Araucanía, en Temuco, Hugo, Águeda y Óscar coinciden en que se han convertido en una suerte de embajadores de Pitrufquén a través de la música, algo que pretenden seguir haciendo en adelante, con gusto y ganas.
A cuatro años de haber llegado a Pitrufquén, los fundadores de la banda, sienten que lo que les está pasando hoy es como un premio al trabajo hecho durante tantos años y a la perseverancia. "Ahora, ¿cuál es nuestro objetivo hoy? Nosotros esperamos lo mejor y que la gente aprecie el trabajo que hemos desarrollado prácticamente desde niños. Las posibilidades no siempre están al alcance cuando uno las quiere. No por tener 20 años uno tiene el mundo en sus manos y se convertirá en el súper rockero de sus sueños. Las cosas pueden darse después de los 50 como me sucedió a mí. La verdad es que queremos disfrutar al máximo este momento y vivir cosas memorables, disfrutar las posibles salidas al extranjero como este primer viaje a Buenos Aires y más cuando hay otra invitación que la contaremos cuando se consolide bien", comentan los integrantes de La River Blues Band.