La depresión golpea fuerte
Hay otra pandemia que no logra controlarse: la de los trastornos de salud mental. El suicidio constituye un grave problema de salud pública, por lo que a fines de 2019 se dictó el Decreto de Vigilancia Universal.
Durante la pandemia el Ministerio de Salud puso en vigencia la plataforma "SaludableMente", con el fin de tratar problemas de salud mental ocasionados en el contexto de la emergencia sanitaria, entre los cuales el intento de quitarse la vida es uno de los principales motivos de consulta. Las personas que se han contactado con él argumentan tener especialmente síntomas de ansiedad y trastornos severos, como las conductas suicidas.
Desde antes de la emergencia sanitaria los sistemas de Salud habían advertido la alta incidencia que tienen las depresiones como causal de licencias médicas en los trabajadores, lo que invitaba a reflexionar sobre varios aspectos relacionados con la calidad de vida y satisfacción de las personas. En estos diecisiete meses, si bien las cifras de contagios han decaído bastante, gracias a un amplio programa de vacunación para llegar a estabilizar la enfermedad, hay otra pandemia que no logra controlarse: la de los trastornos de salud mental. La depresión es un trastorno mental frecuente, eventual o crónico, dependiendo de cada paciente, que debe ser tratado médicamente, por el riesgo que implica en sus estados más críticos.
De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, anualmente en Chile 1.800 personas se suicidan y por cada uno de ellos, alrededor de veinte realizan un intento suicida sin lograrlo. Según se desprende de la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, más de 220 mil chilenos sobre los 18 años han planificado su autoeliminación y más de 100 mil reconocieron que intentaron quitarse la vida.
El suicidio constituye un grave problema de salud pública, por lo que en 2019 se dictó el Decreto de Vigilancia Universal, que establece la obligación de todos los centros de salud de reportar a la autoridad sanitaria cualquier intento de suicidio o lesiones autoinfligidas, lo que permite no solo monitorear los casos, sino entender mejor quiénes son las personas que toman ese camino.
Las secuelas que dejará la pandemia de coronavirus serán grandes y su solución serán de largo aliento, pero la salud mental de los chilenos requiere de mucha atención.