Derivados del mar ayudan a mejorar la dieta y la sostenibilidad
incrementar "alimentos azules" ayudaría a reducir precios.
Incrementar la producción de "alimentos azules", derivados de animales, plantas y algas de entornos marinos, contribuye a mejorar la nutrición humana y la sostenibilidad de la industria alimentaria, según varios artículos publicados en la revista científica "Nature".
Los estudios, que buscan evaluar el potencial de las "comidas azules" ante los desafíos de los sistemas alimentarios del futuro, sugieren que algunas categorías de alimentos acuáticos resultan más nutritivas que la carne de vacuno, cordero, cabra, pollo o cerdo, según el promedio de los componentes analizados: omega-3, vitaminas A y B12, calcio, yodo, hierro y zinc.
A pesar de resultar tan beneficiosos para la dieta, los alimentos acuáticos están infrarrepresentados en las evaluaciones nutricionales y ambientales de los sistemas alimentarios, según los investigadores, de las universidades de Estocolmo y Copenhague, y de las estadounidenses Harvard, Stanford y la American University, entre otras.
Un equipo liderado por Christopher Golden, de Harvard, preparó para el estudio una base de datos global con detalles nutricionales de más de 3.750 alimentos acuáticos y concluyó que las siete categorías principales de alimentos de origen animal ricos en nutrientes proceden de entornos marinos, incluyendo peces pelágicos -como el atún o el arenque-, los mariscos y los salmónidos -como el salmón y la trucha-.
EFECTO EN LOS PRECIOS
Asimismo, los expertos estimaron que incrementar en 8% la producción mundial de "alimentos azules" para 2030 podría reducir los precios en 26%, de modo que se mejoraría el consumo de nutrientes en unos 166 millones de personas.
Incluso con un aumento moderado de la producción global, el estudio indica que los alimentos acuáticos podrían proporcionar de media a la dieta 186% más de ácidos grasos omega-3 DHA y EPA, 13% más de vitamina B12, 8% más de calcio, 4% más de hierro y 4% más de zinc.
Por otra parte, en cuanto al impacto medioambiental de la producción de "comidas azules", un equipo dirigido por Jessica Gephart, de la American University de Washington, concluyó que los bivalvos, como las almejas y las ostras, y las algas marinas de cultivo producen menos emisiones que sus homólogos capturados.