"Hay un puente que no se ha tendido y tiene que ver con mostrarnos como el enemigo"
Trabajar desde el Congreso para disminuir las brechas de desigualdad social existentes en el territorio y, especialmente, para cambiar el "racismo estructural" que, a su juicio, se ha enquistado en la sociedad chilena en perjuicio de la población mapuche, son algunos de los objetivos de Ingrid Conejeros, la exvocera de la machi Linconao que hoy se la juega por lograr un escaño en el Parlamento al alero del movimiento Wallmapu Despertó.
- Ingrid, ¿qué representa el movimiento Wallmapu Despertó al cual está adscrita?
- Es un movimiento que nace con el ideario de la plurinacionalidad, donde creemos es necesario que en el territorio nacional coexistan distintas naciones originarias junto con lo que es el pueblo chileno. Esa es nuestra idea principal. De ahí nace también el interés por la protección y el cuidado del medio ambiente, porque somos principalmente personas mapuche y hablamos de conceptos que tienen que ver con nuestra filosofía de vida, el "küme mongen" y el respeto al "itro fill mogen" (toda la vida sin excepción). También lo hemos visto dentro de las campañas anteriores a la gobernación, con Luis Levi; en las campañas a constituyentes y campañas para concejales y alcaldes. Nuestra idea de quehacer político tiene que ver con las dirigencias territoriales y con las demandas que surgen del territorio más que con colores políticos, aunque tenemos más afinidad con la izquierda.
- ¿Cuáles son las motivaciones de su candidatura?
- Las definiciones puntuales van a estar presentes dentro de esta campaña. Todavía no he llegado a las 16 comunas del distrito y es ahí donde se va a definir una propuesta para favorecer el desarrollo del territorio. Está por construirse una definición política más puntual. En general, a lo que estamos apostado es al trabajo relacionado con el cuidado al medio ambiente, ver que exista una legislación que ponga en primer lugar los derechos de la naturaleza y que estos sean garantizados desde la Constitución.
- Usted es una mujer mapuche con experiencia de vida en lo urbano y lo rural, ¿cómo ve la relación del Estado con el pueblo originario?
- Yo creo que hay un tema importante a nivel nacional post estallido: la desigualdad, esa desigualdad que se establece a todo nivel, en lo educativo, en salud, en trabajo. En todas las estructuras y sistemas de desarrollo social hay desigualdad. Y cuando se trata del pueblo mapuche esa desigualdad se profundiza (…). Allí hay que revisar muy bien las situaciones que se puedan ir zanjando desde la política. Aquí hay otro tema que está diluido, pero latente, y que tiene que ver con un trato desigual desde un racismo estructural, porque no se mira igual a una persona pobre que llega a un consultorio cuando es mapuche que cuando es chileno. Por esto nos ha costado avanzar, porque no ha habido voluntad política para resolver los temas educativos que son los que van a dar respuesta a esta falta de comprensión entre las culturas. Hay un puente que no se ha tendido y eso tiene que ver con querer mostrarnos como el enemigo, como pueblo violento. Una gran tarea es barrer con estos prejuicios.
- Se ha dicho que el conflicto de La Araucanía es un problema político, ¿qué se debería hacer primero para asegurar el diálogo y empezar a bajar la tensión?
- Creo que estas relaciones que han sido dañadas históricamente y que ahora nos tienen en una tensión terrible son relaciones entre personas, no son relaciones en abstracto; cuando recibes buen o mal trato lo recibes de una persona, independiente que represente al Estado. En ese sentido (…) el Estado como estructura avasalladora, e incluso criminal, no ha hecho un reconocimiento del daño a los pueblos originarios. El Estado debe reconocer que hubo genocidio y usurpación de territorio. Y si reconoce una verdad histórica, por supuesto, debe haber reparación, y la reparación es algo que se tiene que construir con el pueblo mapuche.
- Si el electorado se lo permite, ¿qué tipo de diputada le gustaría ser?
- Desde ya nos hemos propuesto recorrer las 16 comunas del distrito 22 para tener una visión nítida de cuáles son las situaciones a atender y trabajar. Somos un equipo de personas que se propuso tener una representación en el Congreso y queremos establecer un nexo fuerte con la Convención Constituyente. Queremos tener un parlamento que dé espacio al proceso constituyente para que existan leyes y haya políticas públicas que traduzcan este texto en los cambios que queremos. En general, creo que lo más importante para ejercer este cargo es tener conexión con los territorios.
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"Aquí hay otro tema que está diluido, pero latente, y que tiene que ver con un trato desigual desde un racismo estructural, porque no se mira igual a una persona pobre que llega a un consultorio cuando es mapuche que cuando es chileno. Por esto nos ha costado avanzar". El Estado debe reconocer que hubo genocidio y usurpación de territorio. Y si reconoce una verdad histórica, por supuesto, debe haber reparación, y la reparación es algo que se tiene que construir con el pueblo mapuche".