Volcán de La Palma provoca nube de cenizas y temblores
ESPAÑA. A casi un mes de iniciada la actividad eruptiva, el Cumbre Vieja desafía ahora al archipiélago de las Canarias con sismos de hasta 4,6 grados Richter.
El Austral
El volcán Cumbre Vieja de la isla española de La Palma sigue arrasando plantaciones agrícolas con una nueva boca en el área del cono principal, que expulsa gran cantidad de cenizas y lava, además de provocar numerosos temblores, casi un mes después de comenzar la erupción.
La nueva boca del volcán, que se abrió el viernes por la noche dentro del área del cono principal, expulsa cenizas a 4.500 metros de altitud, de acuerdo con la portavoz científica del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), María José Blanco.
Esta situación está complicando el tráfico aéreo, aunque no está provocando nuevos confinamientos de la población, y las lenguas de lava transitan por territorios ya evacuados, por lo que no están previstos nuevos desalojos.
Más de 35 terremotos se registraron en la isla de La Palma desde la medianoche del sábado, uno de ellos de 4,6 grados en la escala de Richter, el de mayor magnitud sentido hasta ahora desde que comenzó la erupción.
Según la información del Instituto Geográfico Nacional (IGN), ese terremoto se registró a 37 kilómetros de profundidad, seguido poco después de otro de 4,5 grados en la misma zona y profundidad.
Los expertos insisten en que estos movimientos indican que el proceso de erupción continúa, después de casi cuatro semanas y en los próximos días se pueden producir terremotos por encima de 4,5 grados, aunque a mucha profundidad, más allá de los 30 kilómetros, que continuarán siendo sentidos por la población.
Efecto destructivo
Con actividad desde el 19 de septiembre, el tsunami de lava arrasó ya más de 740 hectáreas, con una anchura máxima de la colada de 2.350 metros, llevándose por delante todo lo que se encontraba su paso, con más de 1.900 inmuebles afectados, de los que 1.800 están totalmente destruidas, incluyendo casas, escuelas, iglesias, instalaciones deportivas y polígonos industriales.
También ha destruido numerosas fincas agrícolas, sobre todo plataneras, el cultivo más importante de Las Canarias. Las plantaciones donde no llegó la lava están afectadas por la constante lluvia de cenizas, además de las dificultades para mantener su riego, ya que muchas tuberías también resultaron destruidas.
Un buque cisterna con una capacidad de 7.500 metros cúbicos llegó a la isla para subsanar el problema. Además, se están instalando desaladoras que aporten agua de riego.
Centenares de personas fueron evacuadas ante el riesgo de que sus viviendas fuesen arrasadas por la lava, mientras que otras han visto cómo sus casas quedaron aisladas entre distintas lenguas de fuego.