El comercio ambulante
Temuco ha enfrentado en los últimos meses la proliferación de vendedores en las veredas del centro de la ciudad. Diversas aristas, todas complejas de abordar, confluyen en este problema que afecta a la capital regional de La Araucanía.
La presencia del comercio ambulante en el centro de Temuco es un tema que preocupa a todos. Y no es algo nuevo, por el contrario, se arrastra desde hace años y en las recientes administraciones municipales se han elaborado propuestas e implementado distintos programas para acabar con él, sin embargo, hoy no solo persiste, sino que pareciera haberse profundizado.
Las soluciones frente a este problema son del todo complejas, ya que en esta materia se entrecruzan variables como el derecho que argumentan los comerciantes de generar recursos económicos en medio de la crisis, la competencia desleal que acusan los comerciantes establecidos ante vendedores que no pagan impuestos, la obstaculización que enfrentan a diario los transeúntes para desplazarse por el centro de la ciudad, con veredas atestadas de puestos que ofrecen una amplísima variedad de productos, y la inseguridad que surge en torno a este fenómeno, de la que dan cuenta diversos estudios.
El más reciente de ellos es la encuesta de victimización del primer semestre de este año, elaborada por el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile, que evidencia que un 21,4% de los consultados responde que el comercio ambulante ilegal en su barrio se ha mantenido y un 69,2% de los establecimientos encuestados dice que ha aumentado, cifra mayor a la reportada en la medición anterior (Temuco 67,9%). A ello se agrega que el 50% de los negocios que reportan presencia de comercio ilegal en las cercanías ha sido víctima de algún delito o falta, en cuanto a los que no tienen comercio ambulante a su alrededor. Y de aquellos establecimientos que tienen comercio ambulante ilegal en su entorno, un 52,9% dice que este aumenta la inseguridad del barrio, luego un 42,3% dice que afecta la seguridad de clientes y empleados y un 34,8% dice que le baja las ventas. En cuanto a la fiscalización del comercio ambulante, un 75,9% dice que no existe control alguno.
Así las cosas, el comercio ambulante en la capital regional se alza como un importante desafío que las actuales autoridades deben enfrentar en busca de soluciones que aborden todas esas variables y se pongan manos a la obra para construir una ciudad más armónica que dé cabida a todos, mejorando, eso sí, la calidad de vida en el espacio público.