"En la Región deberíamos tener los mejores equipos policiales de todo el país"
El 1 de junio de este año, Roberto Garrido Bedwell (45) asumió como fiscal regional de La Araucanía, cargo que ocupará hasta el año 2029. Desde el día en que tomó el cargo, el abogado de la Universidad de Concepción, oriundo de Talcahuano, ha tenido que liderar un Ministerio Público que día a día se ve enfrentado a delitos más violentos y de mayor gravedad.
"Han sido meses intensos en los que he podido comprobar el altísimo compromiso y vocación de servicio de mis equipos", reflexiona el máximo jefe de la Fiscalía en La Araucanía.
En el contexto del vigésimosegundo aniversario de la Fiscalía, Garrido conversa con El Austral respecto a las investigaciones por violencia rural, el avance de la droga en la Región y las amenazas dejadas contra fiscales y los casos de violencia institucional que han remecido a la Región.
- Solo días después de asumir, ocurrió el peor caso de la historia criminal reciente de la Región: el secuestro de Collipulli. Desde el punto de vista del análisis criminal en la Región, ¿este caso marcó un antes y un después?
- Es un caso sin precedentes. No hay otro con las mismas características en la zona, por la forma de actuar, la cantidad de involucrados y las motivaciones. Produjo un impacto en la experiencia y en lo personal de nosotros como fiscales. Este caso vino a confirmar un recrudecimiento de la violencia en La Araucanía, en cuanto a delitos asociados a contexto de violencia rural, pero también en otros fenómenos delictuales. Es preocupante la cantidad de armas que circulan en la Región, el uso de ellas para la comisión de delitos. Y eso nos obliga a ser proactivos en la persecución de estos hechos ilícitos.
- En La Araucanía han sido asesinados tres policías en menos de un año. ¿Cómo se está abordando desde la Fiscalía esta alza de ataques a efectivos policiales?
-El aumento de la violencia no está ocurriendo solo en La Araucanía, está ocurriendo en todo Chile, con ataques contra funcionarios públicos y policías. Hemos designado un fiscal preferente para estos casos. Y sabemos que hay que contar con equipos permanentes y especializados, que tengan los recursos materiales y humanos para resolver estas investigaciones, que son muy complejas. La realidad regional que tenemos, implica que nosotros deberíamos tener los recursos materiales y humanos que existen en otras regiones del país.
- ¿Faltan recursos?
-La Fiscalía cuenta con una planta fija. Los delitos van aumentando, las leyes se van modificando, creando más figuras penales, pero todo eso no trae aparejado un aumento de recursos para la Fiscalía. Lo preocupante es la falta de medios en las policías. No contamos con los mismos medios que en Santiago. Y deberíamos tener el mismo o mejor equipamiento y personal, porque tenemos el problema de seguridad más grave del país.
-¿Cómo toma la Fiscalía las amenazas que han sido dejadas contra fiscales en atentados?
-Significa que nuestro trabajo está causando el efecto que pretendemos: estamos persiguiendo a las personas correctas. Las amenazas son una manifestación defensiva de blancos investigativos. Pero esto no va a impedir que sigamos adelante. Sin perjuicio de ello, estamos tomando las preocupaciones que corresponden, porque sabemos que son amenazas serias y que se repiten. Pero pretenden inhibir nuestro actuar, y eso no lo van a lograr.
-El caso Huracán ocurrió en enero del 2018 y sigue en preparación de juicio oral. A más de tres años, ¿se puede asegurar que no volverá a ocurrir?
-Puedo asegurar que como Fiscalía vamos a seguir estando siempre atentos, y que si detectamos antecedentes que ameriten delito lo vamos a investigar, sea donde sea que hayan ocurrido, sean quienes sean las personas involucradas. El caso Huracán fue detectado por la Fiscalía Regional de La Araucanía y por ello, puedo decir que volveríamos a hacer lo mismo: investigar y perseguir. Más aún cuando son funcionarios públicos que afectan la credibilidad y que ponen en entredicho el funcionamiento de un sistema judicial que busca paz social a través de la justicia. Cuando hacemos dudar a la población de que este sistema trabaja con objetividad, con respeto a los derechos fundamentales, con igualdad e independencia, ese daño es tremendo y sobrepasa un caso particular, ya que afecta al sistema a nivel nacional.