Con el fin de apoyar a pequeños emprendedores e impulsar el desarrollo de proyectos de investigación científica capaces de generar un impacto positivo en la comunidad, Nestlé Chile seleccionó a los ganadores de la edición 2021 del Fondo de Desarrollo Henri Nestlé en su versión local, orientada a emprendedores, y científica, que se realiza en conjunto con la Sociedad Chilena de Nutrición, SOCHINUT.

Desde 2005 la compañía suiza entrega estos reconocimientos buscando destacar el espíritu innovador, social y emprendedor de su fundador, Henri Nestlé. "La ciencia y el emprendimiento con sentido son dos áreas muy ligadas con Nestlé. Nuestra manera de contribuir a su desarrollo es a través de estos fondos, apoyando la investigación y proyectos innovadores que realmente hagan la diferencia para las personas y las comunidades", destaca Andrés Eyzaguirre, Director de Asuntos Corporativos de Nestlé Chile.

Emprendimientos innovadores

y sustentables

El Fondo de Desarrollo Local históricamente entrega apoyo financiero a proyectos comunitarios que generan un impacto positivo en las áreas de nutrición, medio ambiente y desarrollo rural en las comunas donde Nestlé está presente.

En el año 2020 dio un giro para contribuir a la recuperación económica de los emprendedores, un sector golpeado por la crisis generada por la pandemia. Este año cuatro innovadores microemprendimientos fueron reconocidos.

Uno de ellos es Biobox, localizado en Punta Arenas, que desarrolla packaging sostenible, biodegradable y compostable a partir de la reutilización de residuos que anteriormente eran trasladados a vertederos municipales. Además de este producto, el emprendimiento de Pilar Zanoni, su fundadora, fabrica biofertilizantes. "Queremos generar conciencia sobre la revalorización de residuos orgánicos y dar una solución sustentable a la industria del packaging", enfatiza.

En esta edición del fondo también fue destacada Desfrut, una empresa familiar proveniente de Temuco que deshidrata de manera experimental productos agrícolas de la región, tales como champiñones y frutillas orgánicas, para ser procesados y comercializados manteniendo sus propiedades nutricionales. Francisco Jara, su creador, cuenta que reciben una gran demanda para la elaboración de alimentos para veganos.

Por su parte, un derrame de petróleo en Brasil fue lo que inspiró el nacimiento de Agropelo, otro de los emprendimientos ganadores. "Mi socio leyó que se podía recuperar el petróleo con planchas de pelo humano", cuenta Mattia Carenini, una de las seis personas detrás de esta idea.

El emprendedor explica que, tras varios análisis, encontraron que se le podía dar otro uso al cabello. Es así como Agropelo comenzó a desarrollar un acolchado natural y compostable que permite alejar la maleza del tronco de las plantas, disminuir el requerimiento hídrico a la mitad y aportar nitrógeno al suelo.

Otro de los galardonados fue Paleatos, del emprendedor Tomás Hofman, que consiste en el desarrollo de palitos de sushi 100% comestibles, con lo que se busca impulsar una alternativa al mercado de palitos desechables. Según su creador, el objetivo es capturar valor de los usuarios evitando la tala de los 1.100 árboles al año para satisfacer la demanda del mercado, además de ofrecer un ahorro de siete millones de pesos mensuales en un producto desechable.

Mujeres en ciencia

El Fondo de Desarrollo Científico busca apoyar financieramente a jóvenes investigadores que estén realizando estudios asociados a la nutrición y la alimentación de los chilenos. Este año, tres científicas fueron las adjudicatarias de los fondos.

Una de ellas es Daniela Moya, nutricionista del Laboratorio de Micronutrientes del INTA de la Universidad de Chile. Su investigación se enfoca en el efecto antiinflamatorio de la planta Physalis peruviana Linnaeus (también conocida como aguaymanto o golden berry) en enfermedades inflamatorias intestinales. La nutricionista indica que "con este trabajo esperamos abrir la posibilidad a que el consumo de este fruto constituya una terapia natural alternativa para personas que cursan este tipo de enfermedades".

Reyna Peñailillo, nutricionista del Centro de Investigación e Innovación Biomédica de la Universidad de los Andes, también fue reconocida gracias a su estudio para determinar si la leche materna puede ser una fuente de biomarcadores de estrés prenatal. "De esta forma se podrá detectar madres que sufren depresión y ansiedad durante el periodo de lactancia y generar intervenciones oportunas para mejorar su salud mental", explica la investigadora.

Finalmente, Cynthia Barrera, nutricionista de la Universidad de Chile, centró su proyecto en la investigación del efecto de la obesidad en la concentración de vitaminas liposolubles y ácidos grasos en la leche materna.

Su trabajo plantea que esta enfermedad en mujeres en período de lactancia produce una disminución en la concentración de ciertos nutrientes que tienen un rol fundamental en el desarrollo del recién nacido. "De comprobar nuestra hipótesis se entregaría nueva evidencia para fortalecer la necesidad de focalizar los esfuerzos en prevenir la obesidad en mujeres que buscan iniciar un embarazo y de esta manera promover también la lactancia materna", concluye la profesional.