Fenómenos extraños
Existe un país por allá perdido en el fin del mundo que incluso dio origen a un famoso programa de televisión, de los pocos muy buenos, que se llama, aun lo pasan, Al Sur del Mundo, aprovecho de homenajear a los hermanos Gedda. En ese país se están dando fenómenos muy extraños que hacen a sus habitantes mirarse y no comprender nada. Es un fenómeno que antes no se había dado, como tantos otros.
Sucede que algunos de sus más "destacados" personajes están desapareciendo algo así como si fueran víctimas de un proceso abductivo. Un connotado candidato a primarias para presidente de la república de ese país, exalcalde de la capital, exalcalde de Las Condes, pierde en todos lados y sin decir agua va se dirige a dictar cátedra supongo que a una universidad española. Tenía algunos problemas de manejos económicos en la alcaldía. No dijo nada y partió calladito. Luego un franco candidato a la presidencia, con nombre en el voto, luego del proceso eleccionario anuncia que se irá a Italia. Para ponerle, por el momento, una guindita a la torta, ¿cuál no la tiene? El canciller del país en cuestión recibe una oferta de trabajo en España y el hombre sin el más mínimo titubeo dice que acepta siendo todavía ministro en su país. ¿Quién entiende esto señor Director? Eran personas que parecían confiables, ¿cual es el fenómeno que está produciendo este éxodo de cráneos?
Una última reflexión: carteristas y delincuentes de todo tipo se pasean por Europa sin problemas, van y vienen cuando les da la gana. Mientras personas honorables, profesionales jóvenes por ejemplo, tienen cualquier cantidad de problemas que sortear y a veces con cero resultados, para radicarse en el viejo continente.
Es una situación desconcertante. Solo me atrevo a decir que con estos políticos tan patriotas, en el sur del mundo, ¿para qué se necesitan anti-patriotas?
René M. Cifuentes Bobadilla
Desvarío
Si acaso la mayoría de los convencionales constituyentes persistiere en el desvarío que han venido mostrando al proponer cambios disruptivos e innovaciones radicales -que llaman a destruir el orden existente y la institucionalidad actual- y normas quiméricas apartadas del sentido común, inviables, incoherentes, pueriles (en la Convención "reina una locura infantil" señaló Evelyn Matthei) y con una lógica totalitaria, es probable que en el plebiscito de salida los ciudadanos rechacen el texto de nueva Constitución propuesto por la Convención Constitucional.
Hay personas que dicen que en caso de fracasar el proceso constituyente en curso o de ganar el "Rechazo" en dicho plebiscito, Chile sería arrastrado "hasta un oscuro punto sin retorno" y que "el país quedaría en tierra de nadie".
Discrepo absolutamente con tales asertos ya que en tales casos continuaría vigente la Constitución actual; Carta Magna que podría ser reformada por el Congreso que es el titular del poder constituyente derivado y que nunca ha perdido ni ha renunciado a tal potestad. En virtud de tal potestad podría reformar el artículo 142 que se refiere al plebiscito de salida y establecer alguna norma que suprima la rigidez de las alternativas "Apruebo" y "Rechazo" a las que estarían constreñidos los ciudadanos en dicho plebiscito.
Adolfo Paúl Latorre
Asado al palo
Creo conveniente poner en conocimiento de mis conciudadanos una muy desagradable situación que está ocurriendo con las carnicerías de Temuco.
En efecto, al comprar la carne para el esperado y disfrutado asado al palo -específicamente el corte denominado plateada- no he podido lograr el objetivo de un asado dorado, con corteza crujiente y sabroso, me queda sobre cocido, imposible dorarlo y desabrido, por ello entonces nos fracasa la reunión familiar y terminamos todos con la sensación que perdimos la habilidad de hacer asados a la chilena como antaño.
No es así, lo que está ocurriendo es que los carniceros de nuestra bella ciudad le inyectan agua con sal a la carne, con ello aumentan su peso y mejoran su negocio por que nos venden el agua con sal al precio de "plateada". Ocurre con esta práctica deshonesta que el tan esperado asado al palo no puede asarse sino que, por dentro, se cuece en el agua inyectada y por el exterior no se logra el dorado porque el agua exuda y no permite subir la temperatura de la corteza más de los 100ºC que es punto de ebullición del agua y no es la temperatura necesaria para un crujiente dorado, resultado: un asado marrón, sin dorarse, cocido en agua, desabrido y de mala presencia.
No digo que todos los carniceros ni todas las carnicerías lo hagan, pero, en todas las que he comprado este corte y otros cortes también, ha ocurrido lo mismo, de modo que pienso que es una práctica ya generalizada.
Reflexionando, si un comerciante pequeño como lo es un carnicero abusa así de su clientes, que somos nosotros sus conciudadanos, qué podemos esperar para una patria mejor; parece que estamos como estamos porque nos lo merecemos, algo huele mal en Chile.
Ramón P. Urbizu de Cabo