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¿Y para qué volver?
Este nuevo año nos vuelve a ofrecer la posibilidad del reencuentro en el aula, regreso que presentará nuevos desafíos. Uno de ellos son las desigualdades en el acceso a la educación: mientras algunos establecimientos pudieron transitar a un modelo híbrido -inversión en tecnología de por medio- en otros, el acceso era limitado a los planes de internet que las familias podían costear. Para demasiados estudiantes, la pandemia significó un detrimento para aprender.
Por ello es importante re-pensar el sistema educativo. No solo de contenidos no tratados, sino de las competencias que no desarrollamos en la distancia fría de las pantallas. Si algo nos dejó la pandemia en el ámbito educacional, es que el aprendizaje es con el otro y la necesidad de volver a hacer trascendente lo que ocurra dentro del aula.
Entonces, la pregunta no es tanto el cómo volver a clases, sino más bien el para qué. Las nuevas generaciones, con sus luchas y conquistas, nos invitan a tener una nueva sensibilidad. Y es eso: el derecho no solo a la educación, sino también a sentirla de una manera distinta, más humana, solidaria e inclusiva. De menos metas y más reflexiva.
Ojalá la reflexión nos lleve a un sistema más respetuoso con sus participantes. No habría decepción más grande que, una vez empezado el nuevo año escolar, muchos estudiantes se aburran en el aula porque no era lo que esperaban.
Humanizar la educación después de lo virtual, es lo que dará sentido al volver a las aulas después de esta ausencia.
Juan José Lecaros, académico Facultad de Educ. U. Autónoma
Priorización en el Estado
¿Alguien ha escuchado a algún político o parlamentario chileno proponer ahorros en el gasto público y en empresas estatales, dadas las difíciles condiciones económicas que deberá afronta el país?
Es conocida la lista de programas y gastos ineficientes, ineficaces o sin prioridad.
El costo de no calidad de una institución burocrática como el Estado chileno, es a lo menos del 10% neto, o sea, 8.000 millones de dólares al año.
Se baja en un 22,5% respecto a la ejecución 2021, aumentada por covid pero se sube en un 3,7% respecto al presupuesto inicial, donde todavía van las ineficiencias, ineficacias o sin prioridad.
Partamos por ahí antes de subir impuestos.
Jorge Porter Taschkewitz
Institucionalidad acordada
La idea de "Institucionalidad acordada" es una condición jurídico-política históricamente obligatoria y exigida en Chile con arma al brazo, entre dos Ejércitos frente a frente en el año 1641, con motivo de la necesidad de "Acordar un Tratado de Paz" por parte de la antigua nación mapuche americana y la conquistadora nación española europea. Es el llamado Parlamento, Pacto o Paces de Quillín, de ese siglo XVII de nuestra era cristiana, acuerdo que duró 242 años hasta 1883 y, después, orientado a derechos ciudadanos desde 1895, 1924 hasta hoy.
Creo que la actual Convención Constitucional, derivada del estallido social de octubre 2019 (presuntamente democrático), necesita ahora tener a la vista hechos contemporáneos de la historia universal, en tanto causantes de delitos de lesa humanidad (nazismo y comunismo); así como hechos de la historia colonial chilena del siglo XVII, tantas veces citado. Pero ello en cuanto ejemplar expresión de la Ley Natural de la razón y la conciencia. Pues aquí, en Chile, se configura primero la conciencia jurídica de que: "El Creador ha conferido a los hombres ciertos derechos inalienables como son el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad", y que será formulada por escrito en la primera Constitución Política occidental en 1776, Chile en 1810. Y ambas, consagradas en La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Vale la pregunta y advertencia del académico Maciel Campos: "¿Hacia dónde navega la Constituyente? La dicotomía está inaugurada, y una vez más izquierda y derecha luchan en mantener su opinión sobre una tabla de flotación que soporta un solo cuerpo" (El Austral 12.01.22). Democráticamente "La libertad lucha por el poder que sirve al derecho y logra su finalidad en el Estado de Derecho" (Karl Jaspers); tal es la línea inamovible del poder Legislativo, Judicial y Ejecutivo.
Sergio Liempi Marín
Fomentemos los idiomas
El lunes 21 de febrero fue el Día Mundial de la Lengua Materna. En el mundo hoy existen más de 7.000 idiomas. El más hablado es el chino mandarín, seguido por el español, que es lengua materna de más de 480 millones de personas. En tercer lugar está el inglés, 360 millones de hablantes nativos.
El lenguaje transmite un legado histórico y cultural. Hablar más de un idioma amplía nuestra visión de mundo. No obstante, en Chile la mayoría habla solo una lengua, y en cuanto al inglés, el país cayó 10 puestos en el ránking EPI (English Proficiency Index).
Es momento de salir del aislamiento, viajar y conectarnos con un mundo cada vez más globalizado. En el Día Mundial de la Lengua Materna, abramos espacios para llevar nuestro idioma a otros países, y a la vez nutrirnos con el aprendizaje de otras lenguas.
Pablo Parera