Campeonato de Matemática de la Universidad de La Frontera El Rincón del Abuelo Anacleto
El abuelo Anacleto, matemático jubilado y aventurero, luego de un largo viaje a la China queriendo regalonear a sus tres nietas preferidas, Violeta, Simona y Magnolia les trajo de regalo de su largo viaje, cierta cantidad de caramelos de distintos sabores, colores y formas, los que estaban en una caja, pero como cuando regresó era muy tarde, el abuelo les dijo que serían un tercio para cada una y que en la mañana siguiente las repartiría, por lo que las mandó a acostarse. Las tres nietas obedecieron y se acostaron pensando en el regalo del abuelo. Durante la noche, la mayor de las nietas se despertó y pensó: Sería mejor que retirase mi parte. Así no tendré oportunidad de discutir con mi hermana y mi prima". Y, sigilosamente, fue, en puntas de pie, hasta donde se hallaba la caja de caramelos, dividio su contenido en tres partes iguales y notó que la division no era exacta, ya que sobraba un caramelo.- Por causa de este caramelo es probable que mañana haya riña y discusión. Sera mejor sacarlo". Y Violeta lo escondio en otro lugar retirandose cautelosa. Llevaba su parte y dejaba las que correspondan a su hermana y su prima en el mismo lugar. Horas después Simona tuvo la misma idea. Sería mejor que retirase mi parte. Así no tendre oportunidad de discutir con mis primas". Y, sigilosamente, fue, en puntas de pie, hasta donde se hallaba la caja de caramelos, dividió su contenido en tres partes iguales y notó que la división no era exacta, ya que sobraba un caramelo.- Por causa de este caramelo, es probable que mañana haya riña y discusión. Sera mejor sacarlo". Y Simona lo retiró y lo escondió en otro lugar, retirandose cautelosa. Llevaba su parte y dejaba las que correspondían a su hermana y su prima. Al rato se desperto la tercera nieta, Magnolia, que también pensó: Sería mejor que retirase mi parte. Así no tendre oportunidad de discutir con mi hermana y mi prima". Y, sigilosamente, fue, en puntas de pie, hasta donde se hallaba la caja de caramelos, dividió su contenido en tres partes iguales y notó que la división no era exacta, ya que sobraba un caramelo.- Por causa de este caramelo, es probable que mañana haya riña y discusión. Será mejor sacarlo". Y Magnolia lo escondio en otro lugar, retirándose cautelosa. Llevaba su parte y dejaba las que correspondían a su hermana y su prima en el mismo lugar. Al día siguiente, al amanecer el abuelo Anacleto fue a la caja de caramelos para hacer la división en tres porciones, que repartió entre sus nietas. Tampoco fue exacta esta división. Sobraba un caramelo que Anacleto se guardo para él. Es claro que ninguna de las nietas reclamó, pues cada una estaba convencida de haber retirado su parte. Ahora bien: ¿cuántos eran los caramelos? ¿Cuántos caramelos recibió cada una de las nietas?