"La ministra Izkia Siches ya no da confianza, por eso ahora tendrá una asesora que será su institutriz"
Un Gobierno que "tiene dos almas" poco coincidentes y que se está dando cuenta "de que la violencia en La Araucanía no tiene nada que ver con la temática mapuche" es lo que observa el diputado Miguel Becker (RN).
Con la franqueza que lo caracteriza, el parlamentario dice que el Estado de Excepción vigente es "la única forma de dar seguridad" y critica duramente la gestión de Izkia Siches a la cabeza del Ministerio del Interior.
- ¿Qué le parece que se haya declarado Estado de Excepción?
- Lo primero es agradecer el Estado de Excepción, pero sin duda que perdimos mucho tiempo esperando que lo declararan. En estos 50 días sin militares sufrimos la quema de muchísimos vehículos, maquinarias, casas, tuvimos caminos bloqueados con barricadas, ataques con disparos, un camionero baleado, entre otras cosas. Nosotros lo dijimos cuando este Gobierno estaba por asumir: que no sacaran el Estado de Excepción. Dijimos que mantuvieran la medida, porque estaba generando seguridad. Lamentablemente, la ideología de esta gente no lo permitiría. Pero al parecer, se dieron cuenta, al poco andar y aunque no lo quieran reconocer, que desplegar a los militares es la única alternativa que nos queda para tener seguridad. Y nadie puede sentirse ofendido o alterado por la presencia de las Fuerzas Armadas. Que ellos salgan a patrullar no es una declaración de guerra, por el contrario, es una señal de paz. Los que tienen que preocuparse de que los militares salgan son los delincuentes, la gente que comete actos de violencia en contra de la gente que quiere trabajar, progresar y vivir en paz.
- Gremios y parlamentarios han opinado que el Estado de Excepción acotado a carreteras es una "limitación". ¿Comparte eso?
- Creo que tiene letra chica, que también pueden llamarse limitaciones. Esto ocurrió porque habían algunos que incluso querían que el Ejército saliera sin armas, que salieran con un palo de escoba, que se limitara lo máximo posible a militares que iban a quedar prácticamente sin posibilidad de defenderse. Todo esto se redujo a un Estado de Excepción que no es suficiente porque solo permitirá su despliegue en rutas y caminos. ¿Qué pasa si los militares ven que, a 100 metros de la carretera, están quemando una casa, o están matando a una persona? ¿Van a tener que quedarse mirando? Eso debería responder la ministra Izkia Siches.
- ¿Qué opina del trabajo de Izkia Siches como ministra del Interior?
- Lo que más quiero es que las cosas anden bien, por el beneficio de Chile y de todos quienes vivimos acá. Por eso, a mí me gustaría que la señora Izkia Siches vuelva al Colegio Médico y se dedique a ejercer su profesión, porque en Interior se necesita a otra persona. Ella ha actuado de forma muy negligente e incluso ha proferido mentiras, como cuando acusó esto del avión de migrantes, que era mentira. Es una persona que ya no da confianza para su cargo. Creo que el Presidente Boric se equivoca al mantenerla y debiera colocar a una persona con un peso político y una confianza mucho mayor. Yo me recuerdo, por ejemplo, al senador José Miguel Insulza, que era una persona con una impronta muy sólida y sin titubeos. La debilidad de la ministra Siches derivó en que ahora tuvieron que colocarle a la señora Ana Lya Uriarte, que será como una institutriz, que tendrá que pautearla e ir comentándole qué hacer, decir o no decir.
- ¿Cómo evaluaría el desempeño del Gobierno respecto de la situación en La Araucanía?
- He visto a un Gobierno poco coordinado y desatento con La Araucanía. Un ejemplo de ello es que el Presidente Boric no ha ido a La Araucanía. Tuvimos 51 días de violencia y delincuencia desatada, un tiempo durante el cual él dijo que iba a venir a la Región cuando 'estuvieran las condiciones', cuando es él quien tiene que tomar las decisiones para generar esas condiciones. Que no haya ido desde marzo hasta ahora es una señal muy triste. Espero que pueda venir pronto y que pueda recorrerla por completo, incluso que vaya a Temucuicui, tal como fue cuando era diputado o dirigente estudiantil. Ojalá pueda ir de nuevo.