Zorrito de Villarrica
Qué difícil es escribir por la voz de los que no la tienen, como la fauna nativa, especialmente cuando son las instituciones que creemos que la protegen, las que vulneran de la manera más cruel sus derechos a habitar.
Fuimos testigos de cómo se incita a un perro para matar a un zorro juvenil en Villarrica. Esto hace reflexionar sobre lo utópico que ahora me parece el artículo 9 de la nueva Constitución que hace un absoluto y necesario hincapié en los derechos de la naturaleza y que entrega al Estado y la sociedad el encargo de protegerla. Qué lejos está de la realidad ese sueño y esperanza de muchos y muchas, donde además nos hace recordar que desde el año 2011 se ingresó el primer proyecto de ley para crear el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP, boletín N° 7.487-12).
La importancia de la creación y puesta en marcha de este servicio se basa principalmente en contar con un ente que lidere la conservación de la biodiversidad en Chile, que sus atribuciones y responsabilidades estén en un solo servicio y tenga una mirada integral para la protección de todos los ecosistemas, sean estos marinos o terrestres, dentro y fuera de áreas protegidas, y que su foco esté en el cuidado de la naturaleza. El Servicio de Biodiversidad liderará un único Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), integrado por todas las áreas protegidas existentes en Chile, que permita fortalecer el principal instrumento de conservación del país, y finalmente, y base del funcionamiento estatal, que pueda contar con personal especializado y recursos financieros adecuados para el cumplimiento de su mandato.
Con lo anterior este servicio pretendía cubrir las brechas históricas de financiamiento en las áreas protegidas del país y la protección de su patrimonio natural. Ya han pasado 21 años y aún el resguardo de la Biodiversidad sigue en manos de instituciones que no se crearon para la conservación, hipotecando cada día más el legado ambiental de nuestro país.
Jadille Mussa, académica UCEN
Precio del pan: ¿Oportunidad para mejorar la alimentación?
No es un secreto que los chilenos somos buenos para el pan, es más, Chile está entre los tres países que más lo consumen a nivel mundial, con un promedio per cápita de 98 kilos al año, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Este alto consumo de pan deja entrever un problema que, gracias al aumento de precio de este alimento, podría cambiar - o eso es lo que algunos esperamos -, obligando de alguna manera a que se tomen mejores decisiones a la hora de optar por la alimentación, como por ejemplo, reemplazar el pan por un par de huevos revueltos en la mañana.
Es de esperar que con este tipo de información la población tome conciencia sobre su ingesta nutricional, eligiendo por el mismo precio alimentos que aporten más y mejores nutrientes, como las opciones mencionadas, eligiendo mejor calidad, sobre todo para los niños.
Según la Federación Mundial de Obesidad (World Obesity Federation), en Chile más de 10 millones de personas sufren de obesidad o sobrepeso, algo que parece coherente al ver que la primera opción de alimento es el pan. Si bien algunos sectores vulnerables están acostumbrados a optar por esta alternativa, que era una de las más económicas hasta hace algunos meses, es la oportunidad para modificar esos hábitos e incrementar la ingesta de alimentos más sanos como verduras o proteínas.
Bárbara Álamo
Las brechas siguen, las pruebas cambian
En julio se rendirá por primera vez la Prueba de Transición Universitaria en invierno para el proceso de admisión 2023 y a fin de año debutará la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), la cual supuestamente debería terminar con las brechas y el contenido de la PSU (Prueba de Selección Universitaria), sin embargo, no es así. PAES cuenta con las mismas cinco pruebas, las cuales en teoría deberían medir diferentes capacidades de los alumnos, pero sigue estando bajo los mismos criterios de evaluación que la PSU, entonces ¿cambiará algo?
Lo que la autoridad aún no asume, es que las competencias de los estudiantes no se miden solo a través de una selección de respuestas correctas.
Para que el ingreso a la educación superior sea con equidad, se hace necesario implementar un trabajo más profundo, que permita evaluar de modos distintos a los tradicionales, donde solo se generan cambios superficiales pero se mantiene la situación igual. Es necesaria una mirada diferente y así lo hacemos en la Universidad del Alba, porque estamos seguros que es la forma de potenciar un acceso más parejo a los estudios superiores, que permitan generar igualdad de accesos a igualdad de capacidades.
El actual Gobierno toma entonces un rol protagónico y se convierte en el llamado a desarrollar una tarea histórica, por cuanto fueron ellos -y el movimiento que lograron convocar- quienes gritaron sobre las desigualdades de la educación superior y hoy tienen en sus manos la responsabilidad y la posibilidad de hacer los cambios necesarios en ese sistema que tanto repudiaron algunos años atrás.
Rafael Rosell Aiquel, U. del Alba