Uno de los problemas de seguridad que más preocupa a la población es el aumento del narcotráfico, porque el consumo de drogas atrapa a los más jóvenes y la venta va aparejada con la violencia, que se toma las poblaciones, naturaliza el uso de armas y crea sus propios espacios y normas en medio de las ciudades.

Hace unos días la PDI dio a conocer que unas 1.300 personas fueron detenidas en el país por este delito entre enero y mayo de 2022. La policía civil realizó 1.540 intervenciones, incautando más de 200 kilos de cannabis sativa y otros 137 de pasta base. De ellos, 412 procedimientos fueron cercanos a establecimientos educacionales.

Carabineros y la PDI contribuyen a la prevención del consumo y venta de drogas en las calles, pero también en la investigación de las organizaciones criminales que están detrás, y cualquier fortalecimiento de las herramientas para cumplir estos roles solo beneficiará a la ciudadanía. En el Senado se encuentra en segundo trámite constitucional el proyecto de ley que "modifica diversos cuerpos legales con el objeto de mejorar la persecución del narcotráfico y crimen organizado, regular el destino de los bienes incautados en esos delitos y fortalecer las instituciones de rehabilitación y reinserción social".

La iniciativa modifica varios cuerpos legales que regulan el delito de narcotráfico, tráfico de drogas y el procedimiento de incautación de sustancias ilícitas. Faculta a los jueces de garantía para disponer la enajenación temprana de bienes incautados cuya custodia sea difícil, incorpora el "comiso por equivalencia" para los casos que no sea posible decomisar bienes que hayan servido o que hubieren estado destinados a la comisión de delitos de tráfico de drogas y narcotráfico.

En los últimos años Chile se ha ido transformando en uno de los países latinoamericanos desde donde se exporta droga especialmente a Europa. La operación de grupos narcos trae consigo el desarrollo de millonarias actividades de lavado de activos, por medio de inversiones inmobiliarias, compra y venta de vehículos, entre otros, por lo que se hace necesario adecuar la legislación con el fin de atacar con más fuerza y con sanciones más duras a las organizaciones proveedoras de estas sustancias prohibidas.

Hace pocos días atrás en la ciudad de Mariopol, en Ucrania, fueron muertos setenta niños en un solo día, lo que alimenta sanguinariamente cifras de varios miles en estos fatídicos cuatro meses de invasión rusa, país que cuenta con 145 millones de habitantes contra un territorio con 74 millones y un índice de desarrollo humano entre los más bajos de esos ámbitos.

Generalmente la historia y los medios pintan páginas llenas de heroísmos y gallardía a los ejércitos que los representan en lo particular ¿pero qué valor puede tener asesinar a civiles: mujeres, niños, ancianos desarmados?

El mundo ha conocido el sobresalto y la tragedia de las guerras desde tiempos inmemoriales. Para muchos lo que nos ocurre hoy día frente a la eventualidad que se desarrolle un nuevo conflicto de envergadura mundial, no es más que resabio genético del hombre que promueve la violencia, el odio, la discriminación y el ansia ilimitada del poder, en esta oportunidad representada por el lúgubre Putin.

Las motivaciones en la realidad de hoy son complejas, en un juego de influencias territoriales e ideológicas que abren al mismo tiempo y sin la menor duda, fuertes intereses económicos, aunque sean disfrazados con apelaciones morales o paradojalmente fundamentados en el propósito de evitar el terrorismo.

No es posible negar, sin embargo, que estas circunstancias son provocadas en una buena medida por la tolerancia de organismos internacionales encargados de mantener la paz mundial. Cuando ellos se enfrentan a las decisiones unilaterales de los Estados poderosos, como ocurre en el caso que comento entre Rusia y Ucrania, es donde queda en evidencia que sus fortalezas son aparentes, sin imperio para imponer sus regulaciones.

Las guerras del siglo XIX probablemente no hacían trascender sus consecuencias al mundo, colocado al margen de los conflictos bélicos, por lo menos no a todos los países sin excepción.

Si aquellos efectos pudieron ser diferentes en cuanto a las distintas áreas que sufrieron esas consecuencias, ahora una guerra que comprometa a las grandes potencias tendría necesariamente que afectar de modo radical a todo el orbe.

No es que sea catastrófico, pero el apocalipsis es el único elemento semejante de comparación, frente a la incertidumbre y la total inseguridad que una guerra entre las grandes potencias y otras con poderío nuclear, por ejemplo, no se extienda a otros países, en un encadenamiento de naciones comprometidas con los horrores de la muerte.

No se requiere, por cierto, conocimiento político, social o económico profundizado para responder negativamente, el sentido común no indica otra cosa. Así por lo demás lo muestra la larga historia de conflictos guerreros que ha vivido nuestro mundo.

Roberto Muñoz Barra,

exsenador, presidente Instituto Estudios Públicos Social Demócrata

La Escuela Misional Nro. 8 de Vilcún cumplió en mayo de este año 62 años de existencia, exhibiendo con orgullo el haber sido fundada cuando todavía no se creaba esta comuna cordillerana. Actualmente es la escuela más grande de Vilcún y suma otras 7 salas de clases, además de baños y cocina.

La ciudad debe adecuarse a personas con discapacidad

Los dirigentes de las diversas agrupaciones que reúnen a temuquenses en situación de discapacidad hicieron oír su voz respecto de la imperiosa necesidad de que la ciudad se adapte a los requerimientos de estos vecinos, desde el acceso adecuado a edificios hasta habilitar espacios en el transporte.

Patrimonio material de

la Región en estado crítico

Expertos aseguran que el estado del patrimonio material de La Araucanía se encuentra en estado crítico y aseguran que la "memoria construida" de Temuco está muy vulnerable, y que se requiere de recursos, normas, de una política comunal y especialmente de un sólido compromiso ciudadano.