La Ley No Chat
Es frecuente ver a conductores que van más preocupados de marcar números, de hablar o enviar mensajes por WhatsApp. El gran desafío ahora es lograr que la Ley No Chat pueda ser fiscalizada de manera oportuna.
Cuando el 12 de octubre de 2021 entró en vigencia la Ley No Chat, que modificó la Ley de Tránsito 18.290 y que castiga con mayor severidad las conductas al volante relacionadas a la manipulación de celulares y de otros dispositivos móviles que no son originales del vehículo, se sabía que era solamente el inicio de un nuevo camino, quizás más complejo que la misma tramitación de esta norma que se analizaba desde el año 2016.
Hubo que esperar el reglamento que hiciera aplicable la normativa. Uno de los desafíos principales era reducir la siniestralidad vial que se genera por manejar pendiente del teléfono celular, incluso enviando mensajes vía WhatsApp y no estar atento a las condiciones del tránsito. Hace unos días, Claudia Rodríguez T., directora y fundadora de No Chat, quien fue una de las mayores impulsoras de esta legislación, señaló que el desafío ahora es lograr que la Ley No Chat pueda ser fiscalizada de manera oportuna, así como también realizar un trabajo de educación a la población para concientizar sobre la importancia de respetarla, entendiendo que la principal causa de accidentes en las vías de nuestro país es -precisamente- la distracción de los conductores.
Cuando entró en vigencia la aplicación de la Ley Nº21.377, que aumentó las sanciones por el uso de dispositivos electrónicos durante la conducción de vehículos, un estudio sobre distractores al volante, realizado en la Región Metropolitana por la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), la Mutual de Seguridad y la ONG No Chat, reveló que un 33% de ellos chatea, habla o manipula sus celulares mientras maneja. El 6,7% de los conductores observados hablaba a través de su celular, un 27,7% lo portaba y un 31,1% lo usaba evidentemente para escribir en WhatsApp. Es frecuente ver a conductores que van más preocupados de marcar números, de hablar o enviar mensajes por WhatsApp, que de poner atención a la vía. De ahí que se estime que seguir aplazando la aprobación del Centro CATI es poner en riesgo a miles de personas durante sus traslados en las calles y vías de Chile, algo que no debe ser tolerable.