Hace unos días, la empresa norteamericana Atlas Renewables Energy ingresó a Evaluación Ambiental un Megaproyecto de Energía Renovable No Convencional (ERNC) denominado Parque Eólico "El Guanaco" que se emplazará a unos 20 kilómetros de la comuna de Constitución, Región del Maule, y que consiste en la construcción y operación de 48 aerogeneradores de tres palas, con una capacidad de generación de hasta 6,6 Mega watts por cada aerogenerador lo que en conjunto otorgará una potencia total de hasta 316,8 MW que inyectarán al Sistema Eléctrico Nacional. En el caso de nuestra Región, ya hay parques funcionando, y otros en ejecución, principalmente en la provincia de Malleco.

Estas inversiones, según explica Michel Olivares, consultor y líder de proyectos en SOAINT, son importantes de destacar, ya que además de ser un proyecto que genera electricidad, también se hace cargo del factor de planta que tiene la generación eólica que no supera el 50%, considerando sistemas de almacenamiento de energía para cuando escasee el viento o cuando las torres estén operando a su máxima capacidad, sin tener la demanda que consuma la energía generada.

La generación de electricidad debe estar acompañada de soluciones tecnológicas eficientes que se adapten a las necesidades de la producción, aportando en mejorar la productividad del negocio, con el objetivo de minimizar el costo marginal de la generación con el empleo óptimo de recursos. La mejora en la productividad con procesos tecnológicos eficientes, se puede gestionar de tres maneras: reduciendo los tiempos en la ejecución de procesos, eliminando o sustituyendo total o parcialmente tareas dentro de los procesos o incorporando nuevas funcionalidades que aportan valor al proceso ya existente; lo que deriva en un bajo consumo energético y a su vez una alta eficiencia energética.

Una empresa que considera la Eficiencia Energética como valor agregado, incorporará en forma sistémica la gestión de la energía, reduciendo costos de operación y mantenimiento de sus procesos tecnológicos.

No hay peor ciego que él no quiere ver. La frase es perfectamente aplicable a la realidad que están viviendo los habitantes de la Región de Los Ríos, ante la decisión del Gobierno de oponerse tenazmente a decretar Estado de Excepción, en una zona que por estos días sufre la embestida de los ataques incendiarios.

La misma posición se advirtió al comienzo del gobierno de Boric, que fiel a su mensaje de campaña, se mostraba contrario a inclinarse por esa vía en el Biobío y La Araucanía, no obstante, gracias a la presencia de personal militar en las rutas de la Macrozona sur, con la consiguiente disminución de hechos de violencia rural, se ha cambiado la posición del Jefe de Estado, solicitando en reiteradas ocasiones la extensión del Estado de Excepción.

Llama la atención que el Ejecutivo insista en mantener su decisión de no solicitar para la región vecina la medida de excepción que rige por varios meses en la Macrozona Sur, pese a la reiteración de acciones terroristas, no solo de la Coordinadora Arauco Malleco, sino de nuevos grupos armados que están asolando con destrucción y actos vandálicos, perfectamente conocidos por todos.

De ahí que es importante reiterar el llamado para contar con presencia militar que ayude a custodiar esa región, considerando que cuando este tipo de organizaciones criminales eligen un punto de ataque, es muy difícil posteriormente controlarlas.

Hoy la Región de Los Ríos está en el círculo de lugares donde la CAM impunemente está actuando con quemas de camiones y lo que vendrá no debe sorprender ya que es historia conocida. Seguramente serán instalaciones de predios productivos, usurpaciones de terrenos e incluso víctimas humanas que se opongan al actuar terrorista de esa organización que utiliza la causa reivindicatoria para contar con libertad para delinquir. Por ello, el Gobierno debe actuar con responsabilidad y prontitud, dejando de lado ideologismos y entendiendo de una vez que tiene bajo su tutela garantizar la seguridad de los ciudadanos del país.

La experiencia bajo el terrorismo que las regiones del Biobío y La Araucanía han vivido por años, debe hacer recapacitar a La Moneda y entender que lo peor es repetir la historia, con el costo de vidas humanas y materiales que todos conocemos.

Alejo Apraiz Contardo,

Asociación de Víctimas Violencia Rural

AVVRU Araucanía