La Organización Mundial de la Salud ha llamado a los Estados para que asignen mayores recursos para proteger, promover y apoyar políticas y programas de lactancia materna, especialmente para las familias más vulnerables que viven en situaciones de emergencia. La OMS busca sensibilizar a los empleadores a apoyar a sus trabajadoras para que puedan continuar amamantando a sus hijos y recomienda medidas que incluyen la licencia por maternidad remunerada, horarios de trabajo flexibles y reducidos, y espacios para facilitar la lactancia materna en el trabajo, aspectos en los que nuestro país ha mostrado importantes avances.
Según la organización, favorecer la lactancia materna tiene una serie de beneficios, que incluso alcanzan a las empresas, entre los que destacan una mayor lealtad de las empleadas hacia las empresas, reducción del ausentismo, porque los bebés alimentados así se enferman con menor frecuencia y gravedad; retención de las funcionarias y una mejora en la productividad.
En los últimos años, en Chile ha regresado lentamente la costumbre del amamantamiento. Hace unos treinta años se había hecho común sustituir el "dar pecho", por los "rellenos". Los tiempos eran distintos, la mujer comenzaba a trabajar y había fórmulas o preparados que se estimaba podrían ser un buen sustituto. Esto se prolongó en los '90 por una cuestión de estética y que en algunos casos sigue hasta nuestros días.
La OMS recomienda la lactancia materna como fuente de nutrición exclusiva hasta los seis meses de vida. En el caso de Chile, la prevalencia de ese modo de alimentación al sexto mes se ha incrementado en más de un 40% durante los últimos treinta años, siendo actualmente un 57%. La leche materna tiene proteínas que fortalecen la musculatura del recién nacido; grasas, que es su principal fuente de energía y que también aportan en el crecimiento; y minerales relevantes como el calcio, hierro, magnesio, potasio, entre otros. Favorece el sistema inmunológico, porque la leche materna contiene inmunoglobulinas y otros numerosos factores bioactivos que aminoran riesgos de contraer enfermedades infecciosas. Por ello, la leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido.