Incendios forestales en La Araucanía
Hasta ayer eran tres los siniestros que se mantenían activos en la Región. Un problema de magnitud que año a año afecta a la zona sur del país.
Uno de los grandes problemas que enfrentan las zonas centro y sur del país en cada época estival es el de los incendios forestales. Sin ir más lejos, hace algunos días un siniestro de gran envergadura se extendió hasta el área urbana de Viña del Mar causando una tragedia de proporciones que hoy tiene a alrededor de 700 personas sin un hogar.
Y si bien en La Araucanía afortunadamente no se ha tenido que lamentar siniestros de la complejidad del vivido en la Ciudad Jardín, hasta ayer presentaba tres incendios forestales activos que destruían una gran cantidad de hectáreas de bosques, plantaciones y vegetación. Estos se registran en Galvarino, Lautaro y Lumaco, donde solo este último ya había consumido más de 325 hectáreas de plantaciones, forraje y pastizales.
Por ello, la preocupación en las autoridades está instalada, más cuando las proyecciones para esta temporada estival son del todo complejas al vaticinarse altas temperaturas. Al respecto, Conaf cuenta con un acabado plan operativo para enfrentar estas emergencias, que contempla tanto recursos humanos como material.
Sin embargo, por más preparado que se encuentren los organismos públicos y privados para hacer frente a los incendios forestales, se debe contar con el apoyo de la ciudadanía. Esto porque esta compleja realidad adquiere otro matiz cuando se agrega el dato de que la mayor parte de los incendios forestales es por causa de intervención del ser humano, ya sea por descuido en el manejo del fuego, o bien porque fueron provocados de manera intencional. A esto se debe agregar que en La Araucanía, en temporadas pasadas, se registraron ataques armados a aeronaves que trabajaban combatiendo el fuego.
Un escenario en extremo complejo que obliga a idear estrategias que permitan disminuir la siniestralidad en los bosques de la zona sur, toda vez que un incendio forestal genera pérdidas irreparables que afectan tanto a las personas como a la flora y fauna presentes en esos lugares.