Biden visita frontera con México en lo peor de la crisis migratoria
POR PRIMERA VEZ. Visitó El Paso, en Texas, a horas de iniciar una tensa Cumbre de Líderes de América del Norte con los jefes de Estado de México y de Canadá.
Su primera visita a la frontera con México realizó ayer el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en medio del peak de la inmigración irregular y a horas de iniciarse una inédita cumbre norteamericana en el país azteca, con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, reunión que está tensionada por el tema migratorio, el narcotráfico y el de la energía.
El presidente estadounidense arribó ayer en la tarde a la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, donde una oleada masiva de indocumentados, para muchos la peor del quinquenio, ha rebasado los albergues de la región, en una visita que fue programada para tres horas, y a la que acudió dos años después de asumir el poder.
Biden fue recibido por el gobernador Greg Abbott, quien dijo a la prensa que entregó una carta al mandatario, en la que "proporcionó cinco soluciones que ya existen bajo la ley actual de Estados Unidos". "Estamos muy contentos de que el presidente esté aquí", dijo Abbott.
Poco antes de aterrizar en Texas, Biden escribió en Twitter: "Nuestras comunidades fronterizas representan lo mejor de la generosidad de nuestra nación y les conseguiremos más apoyo mientras ampliamos las vías legales para una inmigración ordenada y limitamos la inmigración ilegal".
Posteriormente, el mandatario visitó el puente fronterizo de Las Américas, que conecta el territorio estadounidense con México, y observó a los agentes de El Paso inspeccionar vehículos en busca de dinero y droga. Además se reunió con funcionarios fronterizos para discutir la migración, y quiso saber sobre la droga sintética fentanilo.
El viaje de Biden llega días después de que su Gobierno anunciara que EE.UU. acogerá a 30.000 migrantes al mes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, pero deportará de inmediato a México al resto que llegue ilegalmente por vía terrestre.
Cumbre norteamericana
El tráfico de fentanilo, la captura de Ovidio Guzmán, la migración récord y la política energética mexicana tensarán la Cumbre de Líderes de América del Norte que desde hoy alberga México, donde el presidente AMLO afronta uno de sus mayores retos en política exterior.
"La coyuntura es muy importante. El Gobierno mexicano pretende plantear una agenda en defensa de la soberanía, en defensa de la autosuficiencia energética, en favor de las comunidades más oprimidas, de mejorar los flujos laborales", dijo a Efe el investigador José María Ramos, del Colegio de Frontera Norte de México.
La primera reunión desde noviembre de 2021 se dará en medio de la polémica por el arresto de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del Chapo más buscados por EE.UU. y cuya detención derivó en actos violentos que dejaron 29 muertos en la región mexicana de Sinaloa.
El presidente López Obrador negó que el operativo tuviera que ver con la cumbre, pero EE.UU. y Canadá han intensificado las alertas por el narcotráfico, en particular del fentanilo, droga sintética elaborada en México con químicos traídos de China.
Los Gobiernos de AMLO y Biden lanzaron un Acuerdo Bicentenario para redefinir la estrategia de seguridad conjunta en 2021, pero "los avances han sido limitados" porque EE.UU. ha priorizado la migración, dijo Ramos.
El encuentro también estará marcado por la nueva política migratoria de EE.UU., y el flujo récord con 2,76 millones de migrantes detenidos en la frontera en el año 2022. En este sentido, la visita de ayer de Biden tenía previsto concretar además, según su itinerario, un recorrido de los centro de servicios para migrantes de ElPaso, para luego rápidamente volar a Ciudad de México a la cumbre