Vida o muerte
Mientras escribo estas líneas miles de hectáreas de plantaciones forestales se queman en las regiones del centro-sur del país, poniendo en riesgo a decenas de poblados y la vida de miles de familias. La escena, por cierto, es recurrente en cada temporada veraniega, aunque la magnitud del actual desastre supera con creces todo lo antes visto. Lo curioso, al menos para mí, ha sido el tenor de la cobertura noticiosa: en casi ningún gran medio de comunicación vemos, escuchamos o leemos referencias a la responsabilidad de la gran industria forestal en la tragedia. Todo lo contrario, se cubre la noticia como si solo la negligencia humana, las altas temperaturas o el cambio climático fueran los responsables. Sí, gran parte de los incendios en Chile son provocados por el hombre, ya sea de manera negligente o intencional, pero son los monocultivos forestales los que explican su magnitud y catastrófica expansión.
Seamos claros, la industria forestal ha transformado las regiones del sur, una de ellas La Araucanía, en un gigantesco polvorín al aire libre y ello con el beneplácito de diferentes gobiernos y de políticos trenzados con sus intereses. Sobran los ejemplos de parlamentarios que o son acérrimos defensores de las forestales o bien ellos mismos figuran como propietarios de empresas ligadas al rubro. Uno de ellos es el senador Felipe Kast cuya campaña fue financiada por las familias Matte y Von Appen, ambas con directa ligazón a la industria. El propio Kast tiene además directa participación, junto a sus hermanos, en tres sociedades con giro forestal, las mismas que entre 2017 y 2022 recibieron del Ministerio de Agricultura el beneficio fiscal denominado "Seguro Forestal" destinado a subsidiar seguros para plantaciones de pino y eucalipto. El monto, 17 millones de pesos. De eventuales conflictos de interés mejor ni hablemos.
¿Podrá cambiar el actual modelo de desarrollo forestal, caracterizado tanto por sus carencias en prevención de incendios como por los abusos que facilita, si nuestra clase política está trenzada con sus intereses? He allí una pregunta de fondo.
Y es que más allá de centrarnos en la acción de los pirómanos (que siempre han existido), lo que se debe discutir de una vez por todas es la responsabilidad de la industria forestal en estos megadesastres.
Lo subrayan los propios afectados en las regiones de Biobío, Ñuble y La Araucanía: extensas plantaciones de monocultivos a escasos metros de sus villas y poblaciones, situación que se viene denunciando desde hace al menos dos décadas.
"La restauración del bosque nativo, la adecuada gestión de quemas controladas y la generación de mosaicos de paisajes heterogéneos serán herramientas fundamentales para disminuir la probabilidad de megaincendios en el futuro. Con esto, el modelo actual de la industria forestal debiera ser rediseñado, considerando que las proyecciones de aumento de temperaturas y estrés hídrico incrementarán la ocurrencia de grandes incendios que afectarían, particularmente, a este sector productivo", subraya el Informe "Incendios en Chile: causas, impactos y resiliencia" (2020) del Center for Climate and Resilience Research, centro de excelencia en el cual participan cerca de 60 científicos asociados a la Universidad de Chile, la Universidad de Concepción y la Universidad Austral de Chile.
La industria forestal requiere de cambios urgentes, la magnitud de la tragedia que estamos viviendo, con 26 fallecidos, así lo demanda. Ya es cuestión de vida o muerte.
"Y es que más allá de centrarnos en la acción de los pirómanos (que siempre han existido), lo que se debe discutir de una vez por todas es la responsabilidad de la industria forestal en estos megadesastres".