Analistas, política y mujeres
Hay que estar muy alerta y saber leer bien lo que expresan algunos columnistas y analistas, quienes le buscan generalmente la quinta pata del gato y en otras, andan más perdidos que el teniente Bello.
En un medio electrónico, Cristian Valdivieso plantea que "el malestar social expresado durante la revuelta de octubre de 2019 permanece sin respuesta… transversalmente en el ánimo de la población. Se mantiene el malestar, la rabia por la farra constituyente y una amarga sensación de no avanzar y de falta de respuestas", Posteriormente, cual agorero vaticina: "el reciente fracaso abulta la desconfianza y la falta de sentido de la nueva apuesta, confabulando contra el éxito potencial de la misma"; donde "el proceso es juzgado más como un entramado constitucional para hacer frente a los problemas de la clase política antes que a las demandas de la ciudadanía".
Daniel Matamala, por su parte, expresa que "la polarización opera desde arriba hacia abajo; es la clase política la que alienta una lectura maniquea de la realidad. Pero bajo esa costra de confrontación, que tanto rinde en Twitter, tenemos un Chile profundo desencantado antes que polarizado; pesimista más que extremo".
A nuestro juicio, el malestar no es ni tan asociado al estallido como tampoco a la manipulación de este y de las causas del porqué sucedió. La sociedad chilena es más conservadora de lo que muchos se imaginan, el amplio rechazo así lo demostró y, por ende, en sus protestas generalmente está muy alejada de la violencia y, en lo constituyente, mucho más cercana a una constitución fome que sirva para mantener las tendencias, éxitos y transformaciones que el país se ha dado en las últimas décadas.
Pero así también hay señales alentadoras en la política nacional, con el protagonismo de tres mujeres que se han destacado por asumir los cargos principales en sus partidos, lo cual hace tener mejores expectativas dadas las características proactivas del liderazgo femenino, tan ausente en estas lídes. Por la centro derecha está le exministra de Transportes de Piñera, Gloria Hutt, elegida presidenta de Evópoli, donde se impuso nada menos que al senador Luciano Cruz-Coke y ahora - más encima - es, sacrificando incluso su futura carrera, candidata al Consejo Constituyente, sin duda, un gran líderazgo ejemplificador.
En el otro extremo, por el izquierda, está Paulina Vodanovic, presidenta del PS, siendo la candidata más votada en la elección de los 110 integrantes del Comité Central donde se impuso sobre próceres como Escalona, Urresti o Espinoza y luchó por la unidad de la izquierda donde el PPD optó por la libre, encabezado esta vez por otra mujer, Natalia Piergentili, quien ha iniciado una travesía en busca del sueño, la visión y el destino perdidos, de un partido en curso de extinción; contra todas las opiniones, pronósticos y la comodidad de quedarse bajo el alero del refugio y la carreta gubernamental. Muy por el contrario, ella apuesta a recuperar la energía y orientación perdidas, que se cree capaz de dar y liderar para su partido en un juego que es colectivo o simplemente no lo es. En un ambiente de zozobra, y falta de orientación política formidables, ella emprende un rumbo que muy pocos están dispuestos a emprender, pero lo hace a paso firme y decidido.
El gesto del PPD y de su presidenta, según Ricardo Brodsky, "abrió una esperanza para recomponer una centroizquierda con proyecto propio en el país, alejada del vanguardismo, de la superioridad moral y del espíritu refundacional". Se lo dice un ferretero.
"Hay señales alentadoras en la política nacional, con el protagonismo de tres mujeres que se han destacado por asumir los cargos principales en sus partidos, lo cual hace tener mejores expectativas".