Correo
21 de mayo y la justicia social
Solo desde hace poco más de una década, el 21 de mayo tiene un doble sentido para el país. Además de conmemorarse el día de las Glorias Navales, es el Día del Abogado en honor a nuestro héroe nacional, Arturo Prat, que fue el primer oficial de la Armada en servicio activo que estudió Derecho.
Gran parte de esos estudios los realizó a bordo de la misma Esmeralda, rindiendo exámenes mientras la fragata recalaba en el puerto de Valparaíso. Son muchas las historias y anécdotas desconocidas que se cuentan como ejemplo de su ética, rigurosidad, honestidad y probidad con una visión de justicia y amor a la Patria.
Sin embargo, cabe reflexionar qué prioridad tienen hoy estos valores en la práctica de esta profesión. Lamentablemente, vemos más de lo que quisiéramos que la probidad no prima en el ejercicio de muchos abogados. Es válido que los nuevos egresados se pregunten en qué tipo de profesional se quieren convertir, y qué clase de ser humano quieren llegar a ser, porque Chile necesita profesionales con sentido de justicia social ahora y de manera urgente.
Cristina Melo
¿Gas a precio justo?
Casi peor que el fallido proyecto de Enap mal llamado "gas a precio justo" han sido las explicaciones de los ministros de que éste simplemente sería un piloto que falló.
Hay que decirlo claro: esto solo fue un capricho ideológico y voluntarista financiado por todos los chilenos. Es bueno tenerlo presente cuando ahora se nos dice, por ejemplo, que el desarrollo del litio lo haremos bajo control estatal.
Bernardo Larraín Matte
Una oportunidad
Tres ejes principales constituyeron el mensaje del Presidente en su reciente cuenta pública: avanzar en derechos sociales, más y mejor seguridad pública, e impulsar el desarrollo sostenible. Estos tres ejes bien podrían ser pilares de una hoja de ruta para nuestro desarrollo y el actuar del Estado en las próximas décadas.
Alcanzar esos objetivos requiere de consensuar medios, definir prioridades y desplegar políticas públicas. En este intento, la emergencia urbana y habitacional que estamos viviendo no es sólo una crisis a enfrentar, sino también una oportunidad para avanzar significativamente en los tres desafíos planteados por el Presidente Boric.
En Chile más del 10% de los hogares no tienen vivienda, más de 100 personas al día se trasladan a vivir en asentamientos informales, la segregación urbana conlleva a que en una misma ciudad exista más de una década de diferencia en la esperanza de vida entre un barrio y otro, el precio de la vivienda se torna inalcanzable para la gran mayoría y la construcción se hace cada día más difícil y riesgosa. Ante esto, desplegar una estrategia urbana, habitacional y productiva para regenerar las ciudades, diversificar y agilizar la producción de viviendas y servicios, y así desarrollar más de un millón de soluciones habitacionales dignas significaría un impacto concreto en los territorios.
Un impacto no sólo para quienes les es difícil acceder a la vivienda y la ciudad, sino también para toda la sociedad al impulsar, al mismo tiempo mediante un habitar más digno, temas tan cotidianos como la empleabilidad, la seguridad en los barrios.
El Plan de Emergencia Habitacional sienta los cimientos para una estrategia de este tipo, la cual, tal como subrayara el mensaje presidencial, debe ser de Estado, amparándose sobre los avances de gobiernos anteriores y desplegándose hacia el futuro de nuevas administraciones. Si asumimos la vivienda y la ciudad como propósito común y somos capaces de ejecutar una estrategia a gran escala en el corto y mediano plazo con planes concretos de inversión comuna por comuna, será un trampolín que impulse la agenda de los derechos sociales, la seguridad y el desarrollo sostenible al mismo tiempo.
Sebastián Bowen, Déficit Cero