América Latina a la
izquierda y el mundo
a la derecha
Para los que vivimos en Latinoamérica, estos últimos años hemos observado como presidentes de izquierda han tomado el control del continente. Colombia, Chile y Brasil han venido a acompañar a los establecidos gobiernos de izquierda de México, Perú, Bolivia y Argentina. Esto es sin nombrar a las dictaduras autocráticas de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que cuesta segmentarlos como gobiernos legítimos propiamente tales, y más como experimentos fallidos.
La teoría del péndulo se pone de manifiesto en nuestro continente y esta señala que las tendencias en política y otros ámbitos tienden a ir de un extremo a otro, los gobiernos de izquierda son reemplazados por los de derecha y así sucesivamente. La tendencia se ha manifestado con supremacía, con una mayoría de gobiernos de izquierda en la región, 12 de 19 países son liderados por esa tendencia y representan el 92% de la población y el 90% del PIB.
El sentimiento general es que la región ha fallado, que no se pudo lograr las reformas progresistas prometidas al calor de las campañas electorales y las promesas de un mañana mejor.
El crecimiento anual del PIB de Chile, Brasil, Argentina, México, Perú, Colombia y Ecuador, promedió 3.4% entre los años 2011 y el 2013, y solamente 0.9% entre el 2013 al 2019. Las predicciones para este año 2023 son de solo 1% de crecimiento, y si lo comparamos con el 4.3% del este de Asia, podemos concluir que los gobiernos de América Latina y sus políticas de crecimiento, están realmente arando el mar.
Las razones por las cuales los programas económicos de los gobiernos de izquierda no están funcionando están basadas en una mezcla de variables. Para empezar desean hacer crecer el tamaño del Estado, aumentar el número de empresas fiscales, aumentar el gasto público en demasía y contrataciones de funcionarios relacionados por amistad o consanguinidad. Todo lo anterior mezclado con mayor intervención en el mercado, incrementar los impuestos a los ricos y a las empresas que dan mucha empleabilidad, agrandar los sistemas de bienestar y la salud pública. Lo señalado conforma un coctel peligroso para cualquier país y que hacer correr por sus vidas a los inversionistas extranjeros.
Las variables anteriores se repiten de forma exacta de una nación a otra en nuestro vecindario, y los resultados están a la vista, América Latina no crece y la desigualdad es mayor, la juventud no cree en la democracia y la delincuencia va en un aumento alarmante. Todo este bajo crecimiento y la violencia desatada llevarán en forma penduliana hacia gobiernos de centro derecha o más extremas en las futuras elecciones.
En nuestro país, que está en vías de ser la única nación de América Latina en entrar en una recesión, los bajos indicadores de confianza empresarial, la incertidumbre política han desencadenado una menor inversión. La falta de un adecuado plan de gobierno, un amateurismo político de constantes errores de juicio, y malas medidas económicas sin planificación y en irregular implementación, están llevando a la economía por un mal camino. En la Cuenta Pública reciente, el Presidente no enfatizó anuncios importantes en temas de alta relevancia como los son las medidas de reactivación económica, un plan de apoyo para las Pymes, acciones para atraer la inversión extranjera, estrategias para frenar la cruenta inflación y la destrucción del empleo. Los inversionistas locales están muy preocupados y eso se evidencia porque han llevado sus negocios, ahorros e inversiones al extranjero.
Los populistas de izquierda están agotando la paciencia del electorado, solo algo seguro es que la teoría del péndulo llevará a que los nuevos gobiernos de América Latina sean del espectro contrario, esa teoría parece que nunca falla en el continente.
Patrick Dungan Alvear,
B.B.A. Business administration, consultor internacional, seremi Gobierno Sebastián Piñera.