El centro de la capital regional ha dado pasos importantes en dotar de igualdad el desplazamiento por el espacio público, habilitándolo para la circulación de personas con movilidad reducida. Sin embargo, el desarrollo en esta materia que muestran los barrios de Temuco, es desigual.

En algunas poblaciones de la capital regional las personas con movilidad reducida no cuentan con la infraestructura para desplazarse de manera segura. Ello porque hay veredas irregulares, no todas las esquinas cuentan con rebaje para el desplazamiento de sillas de ruedas, existen soleras levantadas por raíces de árboles y, lo más grave de todo, automóviles estacionados sobre las veredas que dificultan el paso de los peatones.

Es necesario, entonces, no sólo implementar estrategias que visibilicen este problema y avancen en la sensibilización de la población para adoptar conductas tendientes al respeto que merecen todos los ciudadanos en su derecho de hacer uso seguro del espacio público, sino también en discutir una estrategia que permita dotar de igualdad en infraestructura pública a los barrios de la capital regional. Esto, claro, además de incrementar las fiscalizaciones para evitar que más automovilistas se estacionen sobre las veredas.

Hacer de Temuco una ciudad moderna implica también hacerla amigable para todos los ciudadanos, quienes tienen derecho a desplazarse de forma segura por el espacio público.

Me gustó una frase que escuché en algún momento, y esta decía: "Si no lo sabe, espere tranquilo, ya se va a enterar". Por cierto es una frase irónica que está dicha en el contexto de que habiendo personas que debieran conocer algunas determinaciones trascendentales, las ignoran voluntariamente y se terminan percatando de la peor manera. Lo ocurrido en estos días con lo del Simce es un síntoma que delata a quienes, estando en sus facultades, no han tomado los resguardos y, por ende, no tomaron las decisiones oportunas para evitar esta desgracia en uno de los pilares más importantes de cualquier sociedad que aspira a una mejora continua de su fortalecimiento socioeducativo.

Cuando analizamos la vida misma, su origen, esencia y propósito, no podemos pensar que es un proceso que se desarrollará de forma automática e infalible. Obviamente la razón es porque hay que detectar a tiempo ciertos aspectos que tienen implicancias directas con el desarrollo de la misma. No podemos ignorar que hay muchísimos aspectos de la vida, que Dios, siendo el soberano y sustentador, se ocupa de guiar magistralmente, pero hay otros aspectos que no, como por ejemplo la convivencia, la armonía; eso solo es aplicable dentro de nuestras propias potestades que Él mismo nos ha otorgado.

Considerando este ejemplo, podemos decir que Dios aguarda cual sea nuestra disposición, para establecer los diálogos entre nuestros pares, y por cierto tendremos, a partir de entonces, la ayuda sobrenatural de Él para lidiar con aquellas cuestiones complejas en las que nos veamos involucrados, todo con el objetivo de no permitir que decante aquella comunión en alguna desgracia fatal.

Ahora, de la misma manera, por la Biblia conocemos que todos nosotros estamos determinados para establecer una comunión con nuestro creador; quien no lo entienda así, espere tranquilo, ya se enterará. No obstante, quien ya lo consideró, entonces tome las prevenciones necesarias para poder evitar una debacle eterna y, a más de eso, sin la más absoluta posibilidad de revertirla. Es este el motivo de nuestra insistencia. Porque no ignoramos, que más temprano que tarde, la vida se nos acaba y nada más, quedaremos expuestos, cara a cara con nuestro creador. Y por cierto allí será demasiado tarde.

Isaías 55:6, dice, "buscad a Jehová, mientras pueda ser hallado, llámenle entre tanto está cercano, deje el hombre su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar".

Pastor presbítero Pablo Pinto Salamanca,

Consejo Regional de Pastores Evangélicos

de La Araucanía