Correo
Un año de retraso
El quinto decreto de la Ley Ricarte Soto lleva más de un año de retraso y es urgente para distintas agrupaciones de pacientes que requieren integrar nuevos tratamientos con el único objetivo de mejorar su salud y su calidad de vida.
En nuestro caso somos más de 20 mil personas quienes padecemos enfermedades inflamatorias intestinales (EII), como la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa, patologías crónicas que afectan seriamente nuestra calidad de vida y la de nuestras familias. Desde 2017 estamos cubiertos por la Ley Ricarte Soto y somos pacientes agradecidos de tener ese respaldo y de la voluntad del sistema público para acompañarnos. Sin embargo, hay muchos pacientes que no están respondiendo a los tratamientos dispuestos en la ley y que requieren acceder a nuevos fármacos de alta tecnología que actualmente no cuentan con cobertura, pues no han sido incorporados en la ley.
Por ello, hacemos un llamado para que las autoridades pertinentes puedan agilizar este decreto y sumar cuanto antes terapias a pacientes que no pueden seguir esperando.
Karen Tapia, Fundación Carlos Quintana, Colitis ulcerosa, Crohn, Filial Temuco
Errores políticos
Al ver el emplazamiento de parlamentarios de Chile Vamos al Presidente Boric para que éste pida la renuncia a su gabinete se dan sentimientos encontrados. En lo que llevamos de Gobierno se han cometido una serie de errores graves, y el Frente Amplio nos demuestra que, a diferencia de sus antecesores, no existe sentido alguno de la responsabilidad política sobre los actos. Y para qué hablar de autocrítica, esa palabra no es parte del vocabulario en La Moneda.
Solo nos queda tomar con humor la situación, tal como Jorge Tarud, que tuiteó: "Ustedes eran muy jóvenes, pero en otros tiempos cuando miembros del gabinete se mandaban 'condoros' renunciaban a su cargo". Parece que, efectivamente, todo tiempo pasado fue mejor.
Paulette Guiloff Hes
Pecunia: el origen de la ambición y la codicia
Es verdad que todo ser humano necesita disponer del dinero para moverse en la vida. Así, tenemos el vocablo en diferentes lenguas: "money" en inglés; "geld" en alemán;"kuyin/cullin en mapudungun; "qian" en chino. Podríamos decir que es el signo/señal de los tiempos" para convertirmos en "adoradores del becerro de oro".
En sí mismo, el dinero no es bueno ni malo, todo depende del uso que hagamos de él; si lo usamos para el bien es bueno, si para el mal es malo. No podemos negar que - debido a la barbarie humana - el dinero resulta ser un factor básico en la vida convirtiendo a la humanidad actual en tremendamente codiciosa.
En el modelo económico que mueve al mundo, la gente no se conforma con poseer lo esencial, quieren siempre más (ambición). El asunto es que un profesional no necesita poseer dos o tres casas, tampoco necesita una gran extensión de tierras para cultivar alimentos, más de un auto de modelos recientes para movilizarse. Son los "fantásticos soñadores utópicos" sin mucho sentido de realidad. Cuando dependemos del dinero para conseguir fama, prestigio y posición social, otorgándole una importancia exagerada, sigue siendo perjudicial. Entonces surgen las luchas por tenerlo vía - incluso - de formas deshonestas. Pues miremos el mundo, ¡nuestra América!, la educación, la justicia, la medicina, las ingenierías y oficios en general. ¿Cuánto se le paga a un profesor por una hora de clases? Para qué mencionar una hora médica particular. Y ¿qué ocurre con las "licitaciones públicas"? Es el problema de la "mente de obra" y "mano de obra".
En la historia, nuestro ego - a través de las distintas tiendas políticas- ha defendido siempre las sensaciones de riqueza y poder, lujo y vanidad. Por eso, la codicia es la causa secreta del odio y las brutalidades actuales del mundo. Dinero hay mucho en el mundo, lo malo es que está muy mal distribuido. Por dinero se acepta entrar a la política, se aceptan cargos de alto rango en el sistema económico y social trascendiendo más allá de la "auténtica vocación".
A las orillas del Ganges (río de la India) viven muchos anacoretas que aborrecen el dinero (el otro extremo), sólo ambicionan la "liberación final". La ambición es siempre un pozo muy profundo donde muchos se sumergen. Tiene un fondo con muchos matices, con cavernas y animales furiosos, figuras de Santos y caras de demonios. El dinero fácil, y en poco tiempo, se encuentra en la izquierda o en la derecha. ¡Miremos entonces a nuestro alrededor!
Omer Silva Villena