En la era digital de hoy, Internet es esencial para el desarrollo de las economías. A través de la llamada "Red de Redes", que opera sobre distintas tecnologías, algunas alámbricas y otras inalámbricas, ocurren miles de transacciones de todo tipo, siendo las más importantes las financieras, el funcionamiento de semáforos y sistemas de televigilancia, servicios de emergencia, educación y salud a distancia e incluso entretenimiento, entre otros tantos. Todas ellas deben seguir operando, incluso en situaciones de crisis, como desastres naturales, ataques cibernéticos o vandalismo.

Así, en un mundo en constante evolución y con amenazas cada vez más sofisticadas, la resiliencia en las redes de soporte de Internet, se vuelve un factor fundamental para entregar confianza a los usuarios y garantizar la continuidad del servicio.

Así, la resiliencia, según Ximena Rojas, gerente legal y asuntos regulatorios de Netline, entendida como la capacidad de un sistema para adaptarse y recuperarse rápidamente en situaciones adversas resulta esencial, para lo cual los operadores de soluciones fijos Inalámbricos presentan ventajas comparativas, ante situaciones de "vandalismo".

¿Qué más contempla la resiliencia? De cara al usuario final, la resiliencia contempla también disponer de sistemas de atención 7x24, que permitan atender de manera inmediata los incidentes, para entregar respuestas rápidas y oportunas.

El desarrollo de redes integradas, para ganar en resiliencia, es un aporte fundamental con miras a los objetivos previstos en las políticas públicas relacionadas con gobernanza y conectividad para todo el país, que puedan cumplir con las exigentes expectativas de nuestros tiempos.

El 15 de agosto celebramos la Asunción al Cielo de la Madre de Dios, la Inmaculada Virgen María. Para tener una idea de lo que significa esto, leamos el texto del Apocalipsis: "Un gran signo apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza" (Ap 12,1). María fue llevada al cielo en cuerpo y alma por su Hijo Jesucristo. Ser asunta significa que Ella participa ya de la Resurrección y Ascensión de su Hijo, a diferencia del resto de nosotros que hemos de esperar hasta la Parusía para ser resucitados con un cuerpo glorioso a semejanza del de Él.

La Ascensión de la Virgen María al cielo es signo del poder de la Resurrección de Cristo, del amor del Hijo por su madre y de esperanza para quienes caminamos aún por este "valle de lágrimas". María se convierte así para nosotros en "vida, dulzura y esperanza" en nuestra peregrinación hacia la eternidad y nuestra resurrección futura.

A la Ascensión de María también se le conoce como "Dormición", para indicar que Ella no habría muerto, sino que se habría dormido para ser de inmediato resucitada y llevada a la gloria de Dios. Además, a esta fiesta se la llama del "Tránsito" de la Virgen desde la tierra al cielo.

Junto a la autopista, a pocos kilómetros al sur de Temuco, en la localidad de Metrenco, se ubica el Santuario de la Diócesis de Villarrica dedicado a la "Virgen del Tránsito". El 15 de agosto de cada año se convierte en un centro de peregrinación de miles de católicos procedentes de distintas comunas de la Región de La Araucanía. Pero la devoción a María no se concentra sólo en esta fecha, pues todos los días los visitantes la pasan a ver o la saludan desde los vehículos, especialmente los camioneros.

La historia de este Santuario, recientemente declarado monumento nacional, comienza con el Padre capuchino Bernabé Gutknecht, quien lo diseñó y construyó entre los años 1974 y 1978. Es un hermoso templo inspirado en la arquitectura religiosa de Baviera, en Alemania. El Santuario depende de la Diócesis de Villarrica y de la Parroquia de Quepe, actualmente atendida por los Misioneros del Verbo Divino.

En comunión con ellos y muy de cerca, la comunidad de Metrenco ha gestionado la declaratoria del Santuario como monumento nacional, se ha preocupado de su mantenimiento y ha ayudado en organizar la festividad del 15 de agosto.

Preparándonos para el cincuentenario del Santuario, queremos intensificar su carácter diocesano y convocar a los fieles de todas las comunas y parroquias que conforman la Diócesis de Villarrica en las regiones de La Araucanía y de Los Ríos, al igual que a otras comunidades que habitualmente peregrinan desde la Diócesis de Temuco. María nos congrega en torno a Cristo en la comunión de la Iglesia.