Chile será sede de los juegos "Parapanamericanos", un evento deportivo que reúne a atletas con discapacidades físicas, visuales o intelectuales de todo el continente americano.

Esta cita deportiva se celebra cada cuatro años y fue creada en 1999 en Ciudad de México con el propósito de promover la inclusión y el deporte para personas con discapacidades en el continente.

"Esta iniciativa permitirá ver a figuras relevantes de la discapacidad participando en 18 disciplinas deportivas, quienes se darán cita en nuestro país para dar cuenta y mostrarnos como llevar al máximo las capacidades físicas y psicológicas al momento de competir en iguales condiciones", explica Alan Martínez, académico de la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello.

Este evento es el de más alto nivel que le ha tocado organizar a Chile en esta materia (hubo un acercamiento con Paraodesur 2014), pero el nivel de los participantes, la cantidad deportistas, delegaciones, el interés internacional dan cuenta de una experiencia de mayor jerarquía.

En los Juegos Parapanamericanos 2023, Chile contará con un número mayor de deportistas nacionales participando en más disciplinas, además de tener el apoyo del público local, por lo que el país podría tener más opciones y obtener un número mayor de medallas.

A partir del 17 de noviembre, se inicia esta fiesta del deporte que marca un hito para nuestro país y para las personas con discapacidad.

Carmen, te conocí en marzo del año 1974; formabas parte de un entusiasta grupo de estudiantes de licenciatura de Antropología de la sede regional Temuco de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en la casona de calle Vicuña Mackenna 466. En lo específico, en el curso de Introducción a la Lingüística, el primero de al menos ocho cursos de esa misma línea.

Siempre vital, risueña, condescendiente, buena compañera, buena amiga, empática, atenta, disciplinada, gentil, alegre, fraterna, solidaria.

Hace unos diez años, al hurgar en la historia de mi universidad, la que hoy conocemos como Universidad Católica de Temuco, pronta a cumplir sesenta y cuatro años, el 8 de septiembre, descubrí entre muchos datos, uno que me llamó particularmente la atención. En los registros de El Diario Austral de Temuco, del miércoles 9 de septiembre de 1959, no solo en la portada sino en varias páginas de esa edición se informaba de la fundación de la Universidad de la Frontera (no quiero confundirlos); me refiero a aquella que fundó monseñor Alejandro Menchaca Lira.

Voy al grano. Ese miércoles se publicó una primera nómina de propiciadores de la fundación de la Universidad, cerca de ciento cincuenta temuquenses, que apoyaban el arrojo de monseñor Menchaca. En sucesivas ediciones del diario, se publicaron más y más nóminas de propiciadores y un día de octubre, el 22, aparece tu nombre, Carmen Gutiérrez Medina, entre otro ciento de propiciadores. Ya en noviembre sumaron poco más de dos mil.

¡Inédito! Una universidad provinciana que contaba con el apoyo inicial de poco más de dos mil temuquenses, comerciantes, almaceneros, profesionales, agricultores, dueñas de casa, en fin, ciudadanos, que respaldaban la concreción de esta casa de estudios.

No sé si en esos días de marzo de 1974 que te inscribiste como estudiante de Antropología dimensionabas el vínculo que tenías con esa obra que propiciabas en octubre de 1959.

Intenté comunicarme contigo hace unas semanas, te llamé, no tomaste la llamada, y puedo entender por qué.

Cuando supe que tu condición de salud estaba complicada, me preocupé, recé por tu restablecimiento, te envié un mensaje por WhatsApp, creo que fue leído, no sé si por ti. Dios quiera que sí. Me contentaría saber que sí.

De los poco más de dos mil propiciadores de entonces, según cuento, son no más de doce o trece los supervivientes. Seguiré en mi empeño de reunirlos, para darles las gracias, como las que ahora te doy póstumamente a ti, y a tu descendencia, tus hijos, tus nietos, pues no solo fuiste una mamá buena, una abuela buena, fuiste, ante todo, una mujer de bien.

En el caso de la U, de esa U que propiciaste, somos miles, decenas de miles, quizás algunos cientos de miles los que nos beneficiamos con tu acto altruista de apoyar, patrocinar la fundación de una institución de educación superior en la provincia de Cautín, ese año 1959.

Gracias, Carmen. ¡No tienes idea cuánto bien hiciste! ¡GRACIAS!